La presidenta de la República Mexicana, Claudia Sheinbaum Pardo, pretende acabar poco a poco con la pobreza extrema en nuestro país, toda vez que desea otorgar a los trabajadores que ganan menos una vivienda de bajo costo y con pagos moderados, que no sean mayores al 30% de su salario, algo similar a lo que sucede con los empleados federales.
Sheinbaum Pardo, por medio de la iniciativa en ley enviada al Congreso de la Unión, quiere construir alrededor de un millón de viviendas durante su sexenio gubernamental para garantizar el derecho constitucional de vivienda digna a un sector de la población que es la más vulnerable, porque es la que gana menos salario y, por ende, resulta como siempre la más afectada con los incrementos de precios en los productos de la canasta básica.
La intención de la primera jefa nacional de entrada se presume que es buena. No obstante, el revire de la mayoría de los sindicatos. Estos expresaron que la forma “unilateral” del manejo del fondo económico de vivienda de dichos trabajadores “es de alto riesgo”; es decir, la administración de la presidenta Claudia quiere disponer del citado fondo de manera discrecional y poder cumplir con su acometido a corto plazo.
Los jefes sindicales de México manifiestan en sus declaraciones el gran riesgo que ello conlleva, porque eso de manejar recursos económicos sin acuerdos consensados trae como consecuencia una presunta opacidad en materia de rendición de cuentas. Aquí lo trascendental fue la polémica que se desató en el Senado en días anteriores debido a la aprobación de la iniciativa por 68 senadores contra la negativa de 29. El rechazo de la oposición fue inmediata, así como el de 23 Organizaciones Sindicales Nacionales.
Bueno, pero ¿de cuánto dinero se está hablando? Se comenta que es alrededor de $2 billones de pesos. ¡Cristo resucitado, agárrame confesado! ¡Ah, “pos” con razón!
Incluso, entre la reforma en cuestión, se quiere reducir el número de representantes que constituyen el comité que regula el fondo económico de los trabajadores de México; asimismo, el director del Instituto ya no sería nombrado por la Asamblea que constituye el Infonavit, sino que sería impuesto por Claudia Sheinbaum.
Retomando el tema con los sindicatos, la reacción más comentada nacionalmente (más bien, la inconformidad) es la del diputado federal Napoleón Gómez
Urrutia, líder nacional de los mineros, misma que va en el sentido contrario a la propuesta del titular del Ejecutivo. ¿Por qué trasciende el grito de “faul” de Gómez Urrutia? Por la simple razón de que forma parte del Morenismo. Sí, pero de López Obrador.
El actual líder sindical minero de México es el mandamás desde 2002 a la fecha. Heredó esta “responsabilidad” a la muerte de su señor padre, Napoleón Gómez Sada, quien fue líder de dicho sindicato por nada menos que 42 años. La reforma de AMLO referente a la renovación de cuadros “vitalicios sindicales”, aún no ha llegado al de los mineros. Bendita democracia mexicana.
Hablando de este tipo de democracia mexicana, en días recientes se renovaron ambas secciones sindicales del SNTE en el estado de Zacatecas. La lideresa de una de ellas, Soralla Bañuelos de la Torre (actual jefa jurídica del SNTE nacional que encabeza Alfonso Cepeda Salas), dejó de serlo y, junto con el otro líder estatal, perdieron sus respectivos comicios de continuismo. Sendos opositores no batallaron para derrotar a los otrora secretarios seccionales de Zacatecas. Bañuelos de la Torre perdió por una votación de 3 a 1.
Afirman que hoy el magisterio zacatecano está de fiesta, toda vez que eligieron a sus jefes seccionales que nunca abandonaron los principios fundamentales sindicales del SNTE: “La defensa de los derechos laborales, prestacionales y sindicales de los trabajadores al servicio de la educación”; así como “La defensa de la escuela pública, fuente de trabajo del magisterio y personal de apoyo”.
Pero, ¿por qué perdería tan drásticamente la licenciada Soralla, si se presume que es una de las piezas fundamentales del líder nacional sindical? La respuesta todavía está en el aire; unos afirman que abandonó su tarea sindical como secretaria sindical en Zacatecas para dedicarse a sacar adelante los asuntos nacionales que Cepeda Salas le confería; otros sostienen que tenía un trato no muy adecuado con sus representados ni con su comité ejecutivo seccional; y los más quisquillosos expresan que Alfonso Cepeda “se la quitó de encima al abrir la democracia en ese bonito estado de la República, toda vez que se vienen los cambios de mandos en el Comité Ejecutivo Nacional”. Lo que sí es verídico es que los líderes sindicales del SNTE en Nuevo León deberán de “poner sus barbas a remojar”; a uno se le avecina su renovación y al otro ya se le venció el Pleno Seccional de Mitad de gestión. La verdad como es, se tenía que decir y se dijo. Hasta mañana.
PD: ¡Felices vacaciones para los trabajadores de la educación de México!