La presidenta Claudia Sheinbaum dijo ayer en su mañanera casi textualmente lo que escribí antes en esta columna de “Eloy Garza Sin Censura”. Es decir, que el PRIAN “tiene algo de fondo en contra del gobernador de Nuevo León”.
Señaló Sheinbaum Pardo que el verdadero tema es que, en el Congreso de Nuevo León, por parte de las bancadas del PRIAN, “hay una disputa permanente que quieren resolver de manera penal”. Tal cual.
Contra la acometida legal y política contra el gobernador, la presidenta de México subraya que hay “gato encerrado”.
¿Y por qué para Sheinbaum el flagrante acoso judicial en contra del gobernador no es más que un susceptible intento por desestabilizar el gobierno estatal?
Porque el tema huele a revancha, a vendetta, a oportunismo, a venganza de los opositores, potenciando sus agendas partidistas a expensas de los nuevoleoneses (a esa “guerra jurídica” se le llama lawfare).
Acusan a Samuel de haber utilizado recursos públicos para beneficiar la candidatura de Mariana Rodríguez en las pasadas elecciones por la alcaldía de Monterrey, ¡pero si esa elección la ganó el PRIAN! ¿Entonces, qué intentan revertir? Todo resulta absurdo. “Ya pasaron las elecciones de 2024”, recalca Sheinbaum. Vienen las próximas.
Habría que plantearnos cuál es el verdadero propósito de esta acometida violenta: ¿Allanar el camino para más ataques políticos al hilo en contra del Ejecutivo? ¿Querer concentrar el poder en manos del PRIAN? Sin duda alguna.
Sheinbaum no le compra esa narrativa al PRIAN, y mientras la oposición quiere concentrar poder sin rendir cuentas al demos (pueblo), al menos por ahora, a
Samuel García lo respalda evidentemente un declarado escudo en Palacio Nacional.