¿Qué tiene que ver el Premio Nobel de Economía 2024 con Clara Luz Flores y Nuevo León?
Sin Censura
Si las tesis del Premio Nobel de Economía 2024 se convirtieran en una dependencia del gobierno mexicano, esta sería la Unidad de Asuntos Religiosos, Prevención y Reconstrucción del Tejido Social de la Secretaría de Gobernación.
Acargo de esta unidad designó la presidenta Claudia Sheinbaum a Clara Luz Flores Carrales, quien debió pedir licencia el pasado fin de semana como diputada federal para colaborar directamente con la secretaria de Gobernación, Rosa Icela Rodríguez.
De manera que vale la pena demostrar cómo se ajustan las atribuciones y funciones de la dependencia al mando de Clara Luz con las propuestas de políticas públicas transversales que planean los tres genios llamados Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson, los tres laureados con el Nobel de Economía de este año, y a quienes muchos hemos leído como autores de cabecera desde que publicaron en 2012 (durante el sexenio de Felipe Calderón) su célebre libro “Why nations fail”, traducida al español con el título: “Por qué fracasan los países”.
Los autores argumentan que un país como México (los autores nos ponen muchas veces como ejemplo) tiene éxito o fracasa dependiendo de la calidad de sus instituciones. Es decir, dependiendo de que su sistema de reglas formales e informales que estructuran la vida económica y política de una sociedad como la mexicana se cumplen o no.
Y lo más importante: dependiendo de si esas instituciones son inclusivas o extractivas.
¿Cuál es la diferencia entre estas dos categorías? Simple: las instituciones inclusivas propician un buen tejido social. Así lo explican textualmente en su libro “The narrow corridor: how nations struggle for liberty (2019)”.
Si estas instituciones son inclusivas, cumplen con la prevención de que estén representados los intereses de la mayoría y no solo de una mafia corrupta del poder (ellos la llaman élite extractiva). Así, “una nación estará en vías de restaurar su tejido social, incluyendo las instituciones de la fe religiosa”. Por eso bien merece subrayarse que el Episcopado Mexicano reconoció en un comunicado que se envió a todos los medios el pasado 18 de agosto, “la trayectoria y experiencia de la Lic. Flores Carrales en el servicio público, cualidades que sin duda enriquecerán sudesempeño en este importante cargo” confiando que su nombramiento fortalezca el diálogo con el gobierno (CEM, 18 de octubre de 2024).
A ver si esta expresa confianza de la curia en México zanja de una vez por todas aquella acusación estúpida de los enemigos de Clara Luz por tomar unos cursos en lo que luego se supo era una secta y que también tomaron muchos políticos de todos los partidos que aún se dan hipócritamente golpes de pecho. En vez de insistir con ese estribillo difamador, valdría la pena restaurar el tejido social lastimado por lamentables casos como el homicidio ocurrido ayer domingo del sacerdote Marcelo Pérez Pérez en Chiapas, caso en el que no habrá impunidad, en palabras de Rosa Icela Rodríguez.
Las instituciones extractivas, en cambio, concentran el control político en manos de unos pocos (Acemoglu pone de ejemplo a las élites que controlan el poder judicial y comercializan la justicia como lo hizo el PRIAN con Calderón y Fox, según el propio autor), restringen los derechos de propiedad y decisión en asuntos que deberían ser públicos y favorecen exclusivamente a esa élite sin compartir el bienestar, perpetuando la desigualdad y el estancamiento.
¿Cuál es la solución que dan los autores del Nobel para quitar las instituciones extractivas de un país y dejar las instituciones inclusivas? “La representación democrática, incluso en los órdenes judiciales”, dice claramente el nobel Daron Acemoglu.
Apegándonos entonces a las tesis de los Premios Nobel de Economía 2024, y a los índices e indicadores de resultados de la Unidad de Asuntos Religiosos, Prevención y Reconstrucción del Tejido Social, cuya titular es Clara Luz Flores, estos podrían ser los siguientes: fortalecer la confianza social en el Estado de Derecho, porque México ocupa el lugar 99 de 139 según el World Justice Project (2023) con una puntuación de 0.41 sobre 1. También promover las Instituciones Inclusivas, porque según el Índice de Inclusión Social, solo 18.3% de los mexicanos se sienten representados; mejorar el Índice de Desarrollo Humano (IDH), porque el promedio en México es de 0.774, con estados como Chiapas con un IDH de solo 0.646 (PNUD, 2022) y fortalecer las instituciones públicas, privadas, sociales y religiosas, porque las asociaciones civiles que participan en tareas sociales no pasan de 50,000 activas en México, según el Registro Federal de Organizaciones Civiles (2024).
Conviene revisar minuciosamente las tesis de los economistas y politólogos Daron Acemoglu, Simon Johnson y James A. Robinson, premios Nobel 2024 y decidir qué podemos aplicar de sus políticas públicas también en el caso de Nuevo León.