Entre profes y política
Hablar de sindicalismo en México nos llevaría meses enteros. Sin embargo, solo daremos algunos apuntes para llegar a ciertas conclusiones que, a nuestra consideración, estamos viviendo en este final del primer cuarto del siglo XXI.
A mediados de 1906, se dieron unos acontecimientos trascendentales en nuestro país en materia laboral: estallaron sendas huelgas mineras en Cananea y Río Blanco. Los trabajadores de las minas estaban hartos de la “tienda de raya” y de las condiciones laborales paupérrimas en las que vivían. Los campesinos, por otro lado, estaban “viviendo las de Caín”. El cinturón de pobreza extrema en la República Mexicana abarcaba un enorme grosor de la población. Los poquísimos ricos dominaban al país, mientras que la enorme mayoría de los habitantes, mal llamados pobres, eran explotados cruelmente.
En resumen, estos no eran dueños de ningún pedazo de tierra y trabajaban de sol a sol por una miseria de comida. La educación en México no alcanzaba ni siquiera el primero de primaria. Así de peores estaban las cosas. Estos sucesos bochornosos y terroríficos fueron referentes para poner en duda la estabilidad política del entonces presidente de la nación, Porfirio Díaz; siendo los hermanos Flores Magón, entre otros, los precursores de la Revolución que estalló en 1910.
Una vez consumada en 1917 y, posteriormente, con la llegada de Vasconcelos a la Secretaría de Instrucción Pública, había razones suficientes para que este gran personaje y abogado de profesión tratara de unificar al país urgentemente en materia educativa. Fue el creador de la escuela rural mexicana y, desde su perspectiva, consideró vital, inclusive, el nacimiento de bibliotecas y la edición de libros de historia universal. Educar a la ciudadanía, consideró, era la única arma para sacar adelante a un México lastimado por las pérdidas humanas en su lucha revolucionaria interna. La falta de recursos económicos y los abusos patronales eran una constante.
Como ya lo hemos escrito y por ser del dominio público, la llegada a la primera magistratura federal del general Lázaro Cárdenas fue trascendente para fomentar la vida y creación del sindicalismo en nuestra amada patria. No se quería volver a vivir lo sucedido en Cananea y Río Blanco.
Las condiciones de vida de la clase trabajadora mexicana empezaban a repuntar. Los empresarios nacionales y extranjeros, después de la expropiación petrolera, no tuvieron más remedio que ceder a ciertas prerrogativas y conquistas sindicales. El derecho a huelga fue una arma fundamental para garantizar cierto equilibrio y estabilidad laboral.
El origen de la Confederación de Trabajadores de México (CTM), de la Confederación Revolucionaria de Obreros y Campesinos (CROC) y del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), entre otros, marcó la pauta para crecer en lo que a sindicalismo se refiere.
Asimismo, los denominados sindicatos blancos; que agrupaban a trabajadores de empresas que no querían indicios de huelga, fueron en aumento. Luego, se consolidaron en federaciones para tener más presencia nacional. Aquí, en nuestro Estado, se concretó la Federación Nacional de Sindicatos Independientes, que actualmente está en litigio para reintegrar (o no) al anterior comité directivo estatal.
Los sindicatos se consolidan con su unidad, su honradez, su misión y su visión, así como con sus perspectivas reformadoras y su espíritu de servicio. Los orígenes de cada uno de ellos son referentes para su supervivencia.
Gracias a AMLO, tenemos la libertad de escoger y crear nuevos sindicatos, tantos como la ley lo permita; que sea el trabajador el que elija libremente y sin coacción alguna a quien lo represente. Son un verdadero balance contra la fuerza económica y de poder del patrón.
A propósito de nuevos sindicatos, ¿qué pasará con el Sindicato Independiente de Trabajadores de la Educación en México (SITEM) a nivel local? Ya ven que en días anteriores el secretario general seccional en Nuevo León, Jesús “Chucho” Ortiz, y su secretario general nacional, Diego Ánimas Delgado, hicieron algunas declaraciones más que atrevidas. Esto es, por un lado; y por el otro lado, los dirigentes del SNTE, ¿qué andarán haciendo? ¿Acaso andan encabezando acciones para lograr nuevas conquistas sindicales, o andan tratando de recuperar las ya perdidas? Solo El Creador lo sabe. La verdad como es. Se tenía que decir y se dijo. Hasta la próxima.