1.- Mario, Erasmo, "Ferragamo", Dámaso, Nader, son los nombres que mucho hemos escuchado en los últimos 15 días, rumbo al inicio del proceso electoral de 2024; y aquí en el territorio de lo amable, trataremos de decirles por qué.
Mario López, porque representa uno de los bastiones más duros de votación pro-Morena, PT y él, en lo personal, siglado por el PVEM, representa al menos 100,000 votos, bajita la mano.
Lo afirmó el domingo, fui PRI, soy Morena y estoy coaligado para hacer posible la supremacía en el Congreso de la Unión, sostuvo, mientras esquivaba todo tipo de flechas, durante su visita a Victoria.
2.- Luego pasemos al caso de Erasmo González Robledo, quien finalmente hizo la magia de tomarse una foto sonriente con el candidato a diputado federal, el aún alcalde Adrián Oseguera “Ferragamo”, en lo que es muy positivo para ambos.
Primero, porque lo que es cierto, es que alias “Ferragamo” ha manifestado en público su odio por el diputado federal, cuando él fue quien rompió el trato respeto, y hasta giró indicaciones para hacerlo añicos en todo lo posible, usando para ello prensa y recursos municipales.
Pero, como no hay loco que coma lumbre, finalmente va para integrarse, en pro del Movimiento de Regeneración Nacional.
3.- Ya lo decíamos al iniciar la semana, en el caso de Altamira, quien goza de todo el respaldo popular para repetir como alcalde es Armando Martínez Manríquez, alcalde de la que es ya, el emporio industrial del Golfo de México.
Tan sólo si nos asomamos a los presupuestos, lidera por encima de Tampico y Madero, y la manera en que tiene bien cuidada la zona urbana, además de la parte rural de este municipio, donde mucho le agradecen el respaldo en materia de seguridad y salud.
4.- El punto es que, de la quintilla mencionada, todos ganan. Erasmo inteligentemente manda una señal de unidad con Adrián bajo la premisa de que, de la nada las cosas se resuelven (diría MCS), y eso es muy bueno para quien aspira a ser alcalde por segunda vez.
Y si bien Adrián Oseguera tiene una curul "asegurada" plurinominal, es evidente que un descalabro, versus al alcalde de Tampico, Chucho Nader, le lastimaría su bubónico “complejo de clase”, un ego inagotable con el que flota, porque como dicen en el rancho, para eso se hizo el dinero.
Y en el cierre, claro que hablar de Dámaso Anaya, rector de la UAT, es indispensable, porque este fue un bastión que regentó el gobierno de FJGCDV en materia político electoral.
De ese tamaño y por lo mismo, el gobernador Américo Villarreal en su informe no dudó en expresar: “Ni un paso atrás, quien se mete con la UAT se mete con el gobierno del estado”.
Todos los caminos, si revisan, enlazados en proyectos, que tienen como hilo conductor, el ganar para cada quien el proceso que les corresponda, pero lo que particularmente mucho agradezco es que hay probada disposición de que, con Anaya en la UAT, nuestra universidad avance por un sólido camino de mejoramiento académico.