Hay malas noticias para los frustrados y rencorosos que siempre están en contra de Nuevo León.
En nuestro estado ya no existe pobreza extrema y somos de las entidades federativas que más han reducido la brecha de la desigualdad social.
Hay malas noticias para quienes pretenden que Nuevo León pierda fuelle empresarial y se borre su bien acreditada reputación de capital industrial.
Somos el estado con más Inversión Extranjera Directa (IED) y esto se demuestra con cifras oficiales: 73 proyectos del sector automotriz, de los cuales, 37 se ubican en el sector de electromovilidad, de acuerdo con las estimaciones de nada menos que Cushman & Wakefield.
Hay malas noticias para los envidiosos y desarraigados, porque Nuevo León puntea (junto con la zona norte) en la fabricación y armado de automóviles en todo México (representamos 43.5%) y justo abajo de nosotros está el bajío con 40% y después el centro del país con 15%.
Hay malas noticias para quienes vaticinan plagas bíblicas a nuestro estado, porque le pese a quien le pese, con falta de agua (ya con esbozo de remedio) estamos acreditados como potencia en electromovilidad de América Latina.
Somos el principal HUB de fabricación de vehículos, carros y autobuses eléctricos. Y aunque esté en pausa Tesla, no quita que se instalen más armadores de este tipo de vehículos por encima de los demás estados del país.
Hay malas noticias para los aguafiestas que aborrecen las buenas cifras que arroja Nuevo León, porque los nuevoleoneses somos a la mitad de 2024 y a mucha honra, gracias a nuestro trabajo, empeño y sudor, el mercado con más alta demanda por nearshoring con 300,000 m² de espacio industrial cubierto por las más grandes empresas del ramo junto con sus cadenas de suministro y una disponibilidad de 2.5 por ciento.
Hay malas noticias para los amargados que no pueden aceptar (por su mediocridad congénita) el crecimiento económico exponencial de Nuevo León, porque ya hospedamos en estas tierras norestenses casi 800 empresas del ramo, con una envidiable cadena de suministro para armadoras que ya quisieran incluso países del primer mundo.
Y finalmente hay buenas noticias para los nuevoleoneses de corazón; para quienes no menosprecian el esfuerzo que le imprimimos al trabajo como emprendedores y comerciantes natos, con abuelos que fueron tenderos, de quienes aprendimos a negociar y vender y de quienes heredamos el arte de ganar sin someter a nadie ni imponer arbitrariamente nada a nadie.
Que por ahí anden ovejas descarriadas, es muy su problema y va en su perjuicio.
Allá ellos y sus conciencias intranquilas. La mayoría, en cambio, representamos eso que definió bien Alfonso Reyes y nos caracteriza muy bien a los nuevoleoneses: “somos héroes en mangas de camisa”.