Trump sorprendió al mundo con un listado de 60 países a los que les impondrá aranceles recíprocos, con el argumento de que pretende fortalecer a la economía de Estados Unidos. Más allá de los aranceles, lo que ha iniciado es un cambio en las reglas del comercio mundial, poniendo punto final a la era de la globalización.
Estas acciones de Trump tendrán un alto impacto en la economía global, en tanto el propio sistema económico encuentra una nueva dinámica con la que podamos transitar globalmente. Mientras tanto, la economía mexicana se encuentra en vilo, especialmente por el futuro que le depara al Tratado de Libre
Comercio que tenemos con las economías de Estados Unidos y Canadá, que, con estas nuevas reglas, parece que está herido de muerte.
Si bien México y Canadá no aparecieron en la lista de los 60 países que tendrán aranceles recíprocos debido al todavía existente T-MEC, Estados Unidos impuso aranceles al aluminio, acero, cerveza y a las piezas de automóviles que no tengan orígenes estadounidenses, situación que tendrá un impacto del que todavía no tenemos precisión en el cálculo.
Nuevo León, como uno de los estados ensambladores de autos y fabricante de autopartes en México, productor de acero y de cerveza, tendrá un papel protagónico en el impacto de este nuevo orden comercial con Estados Unidos.
Si bien los retos pueden ser grandes oportunidades, se nos presentarán grandes retos en el camino, y será necesario estar preparados para ello.
La presidenta Claudia Sheinbaum, el día de ayer, presentó el Plan México para hacer frente, en el corto y mediano plazo, a las embestidas económicas que vive el mundo derivadas de la nueva política comercial de Estados Unidos.
Este plan tiene seis puntos torales: fortalecimiento del mercado interno, aumento de la soberanía alimentaria, aumento de la soberanía energética, aumento de la producción nacional y reducción de importaciones, y fortalecimiento de los programas del bienestar.
El Plan México precisa algunas acciones para lograr el fortalecimiento económico del país, que sin duda son esenciales para la economía de Nuevo León, como son el fortalecimiento del salario mínimo, la construcción de vivienda, créditos para micro y medianas empresas, fortalecimiento de las MiPymes y el aceleramiento de los grandes proyectos de infraestructura carretera y férrea del Gobierno Federal.
Para lograr estos proyectos y sus beneficios, se requerirá la unidad y coordinación total de los tres poderes del Estado, del Congreso Local para el fortalecimiento del marco legal estatal, y un diseño presupuestal con visión estratégica para esta nueva realidad económica y comercial.