Hasta siempre presidente

El mandato del presidente Andrés Manuel López Obrador llega a su final con un alto nivel de aprobación, de acuerdo con diversos estudios de opinión. Andrés Manuel cuenta con una trayectoria muy diferente a la de los presidentes de nuestra historia contemporánea. 

Quizás la principal diferencia estriba en el pasado de lucha social de AMLO, algo extremadamente poco común en la élite política de México. Andrés Manuel encabezó durante muchos años causas sociales en contra del aparato mexicano, lo que le valió persecuciones, investigaciones, cercos informativos, entre otros excesos de poder y mano dura en la época del partido hegemónico en México. 

Esa lucha social fue también altamente rentable para AMLO, quien se convirtió en un gran líder de multitudes. Cuando Andrés Manuel incursiona en política, lo hace en Tabasco en busca de la Gubernatura; se comete un fraude electoral y su búsqueda de justicia lo llevó a la Ciudad de México, en donde su lucha gestaría más tarde su mayor bastión político y social.

Llenar el Zócalo de la CDMX se volvió con AMLO un hecho recurrente; se apropió de ese espacio que no era de nadie y lo hizo de todos, de todo aquel en busca de justicia o víctima de atropello, de quienes históricamente habían sido excluidos y discriminados por su propio gobierno, víctimas de sus propias leyes. 

AMLO generó tal popularidad que arrasó en las elecciones para la jefatura del gobierno de la Ciudad de México. Su popularidad y buen gobierno fueron tales que se convirtió en una de las cartas más fuertes rumbo a la Presidencia de la República, razón por la cual el presidete

Vicente Fox operó su desafuero en busca de su descarrilamiento.

No imaginó Fox que esa acción reactivaría el liderazgo de Andrés Manuel y movería a miles en favor de su causa. Su popularidad se fue al cielo, los videos de aquel momento dan cuenta de la pasión con la que la gente lo defendía y el sufrimiento hecho propio ante la injusticia, en donde se reflejaban todos los manifestantes. 

El siguiente gran momento de AMLO ocurrió con el fraude electoral de 2009, en su lucha por la Presidencia contra Felipe Calderón. Entonces, el movimiento que lo impulsaba tomó Reforma y paró una parte estratégica de la Ciudad de México. 

Para muchos opositores. Oponentes y hasta odiadores, es inexplicable el fervor de los seguidores de AMLO y, más allá de los factores a los que se lo atribuyen, como pudiera ser la ignorancia o el asistencialismo, lo que los seguidores de AMLO ven es la historia integral del personaje y la transformación que ha logrado en el país, transformación que ha puesto en el centro a las mayorías, a los menos favorecidos, como dijera Luis Buñuel, a los olvidados. 

AMLO, sin lugar a dudas, es el Presidente, hasta ahora, más querido de nuestra historia moderna y su partida se siente porque, cosa extraña y extremadamente rara en un político, a Andrés Manuel López Obrador se le quiere. ¡Hasta siempre Presidente!