Entro a LinkedIn y me topo con un post desconcertante: “Mi tiempo en Tesla ha terminado”.
Lo escribe quien operó la selección y negociación de los terrenos y la infraestructura en Santa Catarina entre Elon Musk y Samuel García para traer la más grande gigafactory de Tesla a Nuevo León.
Lo escribe quien aceleró la transición hacia la electromovilidad de México, volviendo a nuestro estado puntero en energías renovables y sobre todo redituables, por más que Javier Milei se cuelgue la medalla para Argentina, un país que, digan lo que digan, va a la deriva.
Lo escribe quien se encargó de desplegar la red de Superchargers y liderar el equipo de ventas y de proveedores para el proyecto de Tesla en Nuevo León, y, por ende, promoviendo incentivos y regulaciones en México que ayudarán a una mayor adopción nacional de los vehículos eléctricos.
Lo escribe quien operó el proyecto y el lanzamiento de EMA Electro Movilidad Asociación México (al que dedicaré próximamente un artículo especial por la importancia del tema).
Lo escribe quien, hasta hace algunos meses, sentado con su esposa en la terraza de un bar de San Pedro, contaba orgulloso el número de vehículos Tesla que cruzaban por la avenida.
Ese post de LinkedIn lo acaba escribir Eugenio Grandio, quien ocupó durante ocho largos e intensos años el cargo de Desarrollo de Negocios y Políticas para Tesla en América Latina y quien respondió con una incógnita a mi pregunta de a dónde se irá a trabajar: “a un nuevo rol para que México sea parte de la revolución en electromovilidad”. ¿Se integrará al equipo de Claudia Sheinbaum?
Por lo pronto, deja claro que Tesla se instalará en Nuevo León. ¿Pero y los despidos del 10% de la plantilla global en ese gigante? Es lo común en las empresas tecnologías. ¿Pero y la desaceleración en ventas de vehículos eléctricos a nivel global? Así es el mercado: ciclos de contracciones y expansión. ¿Pero y el retraso del arranque de operaciones en Santa Catarina? Así pasa en la planeación y logística de las grandes empresas (ninguna novedad).
Quién se deprima porque asuma que Tesla no llegará a Nuevo León, le digo que se pone triste por su puro gusto. Quién se ufane de que Tesla no se instalará en nuestro estado, le digo que se quedará con sus malos deseos chiflando en la loma.
Buena suerte al amigo Eugenio Grandio y ojalá mis sospechas sobre su futuro laboral se vuelvan realidad.
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