Distintas firmas consultoras y analistas especializados elaboran para cada año su pronóstico de riesgos globales. Para el año 2024, la mayoría de ellos coinciden en mencionar el impacto de elecciones generales que se llevarán a cabo en 65 países, lo cual involucra a más de la mitad de la población mundial.
Relacionado y derivado de ello, también califican las relaciones geopolíticas entre potencias globales, principalmente entre EUA y China, como un riesgo latente para todas las economías. La continuidad de los conflictos armados actuales se menciona también entre los principales riesgos, y surgen entre especialistas las hipótesis sobre su posible expansión hacia otras geografías.
Entre otro de los temas que rápidamente ganó relevancia en 2023, y que plantea múltiples cuestionamientos para 2024, está la evolución y efectos de la inteligencia artificial. Los especialistas también incluyen para este año los retos e impactos que generarán las crisis ambientales y desastres naturales, en las cadenas de suministro, así como en crisis humanitarias.
Algunos expertos mencionan la estabilidad económica global como un tema individual, mientras otros la incluyen constantemente dentro de los demás riesgos, como una variable primordial que se ve afectada en distintos escenarios.
Mi análisis y prospectiva: Existe ya una alta probabilidad que estos riesgos globales impactarán con significativa magnitud a todos los países. Las elecciones presidenciales de Estados Unidos, la primera potencia global, ha provocado hipótesis de cómo un potencial cambio de administración, y, por ende, de objetivos y de su política exterior, influirá en la estabilidad económica internacional.
A su vez, independientemente de los resultados electorales en EUA, es previsible que China, la segunda economía global, mantenga su objetivo de unificación con Taiwán, lo cual puede crear diferencias significativas entre ambas potencias, que seguramente repercutirán en distintos aspectos, como el de defensa, por ejemplo.
Con respecto a la inteligencia artificial, es previsible que tendrá un rol primordial tanto en los procesos productivos (e.g. mayor eficiencia y certeza), como en los electorales, donde seguramente se utilizará para tácticas de desinformación y videos falsos.
En México también tendremos elecciones presidenciales, legislativas y de autoridades a niveles federal y local. Al mismo tiempo estarán suscitándose múltiples eventos y cambios globales.
La pregunta al inicio de año, tanto para nuestras autoridades –actuales y futuras–, como para todo ciudadano, es cómo en México podemos aprovecharlo, y además blindar nuestra economía de potenciales efectos colaterales por conflictos armados, cambios de administración en otros países, y una constante y acelerada evolución tecnológica de la inteligencia artificial.