La China de hoy es mucho más rica que la de ayer, pero últimamente ha sido sacudida por fuertes golpes como el colapso inmobiliario, problemas demográficos y la guerra comercial con Estados Unidos –que amenaza con agravarse–, lo cual ha llevado a Beijing a reducir las reservas en dólares del país asiático en favor de sus tenencias de oro en físico. Están en crisis.
Son claras las señales de que las tensiones entre Beijing y Washington tienden a escalar, con la Unión Americana utilizando al dólar como arma geopolítica en forma de sanciones contra un gran número de países.
De ahí que entre los más de 1,400 millones de habitantes chinos crecen los temores, y con ello la fuga de capitales.
De acuerdo con los cálculos de Goldman Sachs las salidas netas de capitales de China ascendieron a una enorme cifra de $69,000 millones de dólares en junio, más del doble de la salida de $32 millones de dólares de mayo, y apenas por debajo de la salida de $86,000 millones de dólares dólares de abril.
Y como puede apreciarse en el siguiente gráfico, la fuga de capitales de China está en aumento.
Dado que el flujo de dinero no es libre hacia y desde China, los ciudadanos buscan alternativas eficientes para eludir las restricciones, y en esa estrategia tienen al bitcoin (que está prohibido en el país) y al oro como una ventana por donde “sacar” dinero del país sin tener que salir de su territorio.
No hay desdolarización global, pero China sí reduce sus tenencias
Más allá de una estrategia de diversificación, China está redoblando sus esfuerzos a fin de desdolarizar sus reservas, como una herramienta geopolítica para reducir su dependencia del billete verde y tratar de mermar la importancia de éste en el sistema monetario global (esto último sin éxito).
Tan sólo en los tres primeros meses del año, China vendió $53,300 millones de dólares en bonos del Tesoro de EU, según estimaciones de Bloomberg. Entonces poseía poco más de $767,000 millones de dólares en deuda estadounidense, la menor cantidad desde 2009.
Pero mientras Beijing con una mano suelta dólares, con la otra acumula todo el oro que puede.
Es por ello que en Top Money Report insistimos en nuestro pronóstico de que la demanda de oro y el alza de sus precios continuará muy fuerte este de la mano de China y de otros países emergentes.
Pero veamos los números. Como indica el siguiente gráfico de oferta y demanda del metal, China se abastece de oro vía importaciones no monetarias en el comercio ordinario (1,007 toneladas en 2023), chatarra (desperdicio) y con producción nacional (siendo el productor número uno mundial, con 370 toneladas el año pasado).
Por otro lado, la demanda de oro físico del país asiático se distribuye en joyería (40%), lingotes y monedas (20%), fabricación industrial (5%) y el resto en inversión neta, según cifras de la Asociación China del Oro.
Goldman Sachs se mantiene alcista
En ese entorno, es muy probable que los bancos centrales de los mercados emergentes, liderados por China, sigan comprando oro de manera consistente, ya sea que lo divulguen o no. No podemos pasar por alto que China no es campeona en transparencia, y muchas veces prefiere mantener sus planes y números reales en secreto.
El Banco Popular de China (PBoC, por sus siglas en inglés), por ejemplo, ha informado de un acumulado de 317 toneladas de oro adquiridas durante 18 meses a partir de noviembre de 2022, pero no hay forma de confirmar si sólo fue esa cantidad o más, mientras se sabe que muchas de las compras de oro hechas por otros gobiernos y bancos centrales mercados emergentes tampoco son reportadas (de hecho es más lo no reportado que lo reportado).
En el gráfico inferior se aprecian las compras de oro reportadas por el PBoC a la izquierda, y a la derecha las compras netas de oro reportadas y no reportadas a cargo de todos los bancos centrales.
De acuerdo con Goldman Sachs, el miedo (medido como baja confianza del consumidor), los ingresos/riqueza, las bajas tasas de interés en China y los bajos precios del oro impulsan la demanda del preciado metal y su apreciación. Es cierto.
Los analistas del influyente banco aún ven “un valor muy significativo en las posiciones largas (alcistas) en oro”, y mantienen su precio objetivo en 2,700 dólares la onza para 2025, cifra que contrasta con nuestro pronóstico de hasta 3,000 dólares, incluso en el presente año.
Goldman Sachs basa su predicción en tres razones principales:
1. Cree que las compras de oro se han triplicado desde mediados de 2022 debido al temor a sanciones financieras de EUA. (Un sentimiento que es reforzado con la probable llegada al poder de Donald Trump.)
2. Que un recorte a los tipos de interés de la Reserva Federal (Fed) de EUA llamaría al retorno de los capitales occidentales al mercado del oro.
3. Que el metal dorado ofrece a los portafolios una excelente cobertura contra choques geopolíticos, incluidos aranceles, temores de incumplimiento en el pago de deuda y el riesgo de subordinación a la Fed.
En cualquier caso, lo más importante a entender es que la crisis china es enorme, y que reforzará el apetito del gobierno y de sus 1,400 millones de habitantes por el oro, en un contexto global en el que otras circunstancias como las arriba expuestas, seguirán escalando su precio hacia máximos históricos para beneficio de sus tenedores.