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Opinión

Fin (y comienzo) de un ciclo

Columna Invitada

La vida está llena de ciclos. Hoy cerramos uno de los más importantes en la historia de México: el último día del sexenio de Andrés Manuel López Obrador, el primer presidente de la Cuarta Transformación. 

Su final marca el inicio de otro, igual de histórico: el 1 de octubre tendremos a la primera presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo. Con su inicio, yo también cumplo mi primer mes en el Senado de la República, el más alto honor de mi carrera política.

En esta reflexión que traigo hoy aquí, comentaré sobre lo que fue el sexenio que hoy termina, lo que nos espera para el próximo y los compromisos en los que he avanzado en este primer mes. 

El gobierno federal que hoy termina se ha caracterizado por una transformación en la vida social, política y económica del país. A diferencia del anterior, en el centro de la política está el bienestar social, la justicia y la lucha contra la corrupción.

Los avances son históricos: hoy tenemos programas sociales con reconocimiento constitucional que posibilitan la educación y la autonomía financiera; hubo un incremento del salario de más del 120 por ciento; se eliminó el outsourcing, lo que ha traído a miles a la formalidad del empleo; desde el inicio del actual gobierno y hasta diciembre de 2023, el delito de homicidio doloso registró una baja de 20%; en cuatro años se han creado un millón 264 mil 931 nuevos empleos y el desempleo está en niveles bajísimos; se han construido obras emblemáticas que incrementan el desarrollo y competitividad del país, como el Aeropuerto Felipe Ángeles, el Tren Maya, o la Refinería Dos Bocas.

Pero, sobre todo, este sexenio enraizó, en nuestra sociedad y en la mayor parte de la clase política, un principio por el bien de todos: primero los pobres. 

Estamos a un día de que inicie el mandato de la primera mujer presidenta. Más allá de sus altísimos logros académicos y profesionales, que han sido enlistados una y otra vez, Claudia Sheinbaum es una mujer honesta, comprometida con las causas sociales, una política de resultados y, sobre todo, transformadora. 

Su gabinete, además de paritario, está lleno expertos y profesionales en sus ámbitos. Su proyecto de nación está hecho con rigurosidad científica y tiene un rumbo claro. Será nuestra labor como legisladores de la Cuarta Transformación garantizar su cumplimiento y viabilidad.

Eso me lleva a hablar sobre mi primer mes en el Senado. Al asumir mi responsabilidad en la Cámara Alta, fui claro en mi convicción de que la política debe ser de hechos, no de palabras. Hoy, un mes después de haber iniciado mi labor en el Senado, puedo decir con orgullo que he comenzado a cumplir esos compromisos. 

En 30 días, voté a favor de la Reforma al Poder Judicial porque estoy seguro de que democratizará el acceso a la justicia y la volverá más representativa de las necesidades y demandas del pueblo. 

Además, presenté la Iniciativa para Reformar el Artículo 3 de la Ley de Amparo, como parte de las leyes secundarias de la Reforma al Poder Judicial, con la que buscamos que los defensores públicos del Instituto Federal de Defensoría Pública puedan realizar promociones electrónicas en nombre de sus defendidos. Esta reforma reducirá tiempos y costos, facilitando el acceso a la justicia para quienes más lo necesitan.

Porque estoy comprometido con pacificar nuestro país, voté a favor de la Reforma a la Guardia Nacional, para consolidar esta institución, garantizar su permanencia y mejorar su capacidad operativa. 

Por último, estoy, junto a mi compañera Judith Díaz, en proceso de presentar la iniciativa de Seguros Justos, para frenar los incrementos desproporcionados en las primas de seguros. Los ciudadanos no pueden seguir siendo víctimas de un sistema injusto donde los costos siguen subiendo sin control. 

También he sido congruente con mi compromiso con la transparencia y la comunicación constante. Desde el día uno, compartí mi teléfono de WhatsApp. Desde ahí, he recibido cientos de quejas y peticiones de los ciudadanos con las que, junto a mi equipo, estoy trabajando para traducirlas a mecanismos legislativos. 

Que no quepa duda de que, más allá de los ciclos que se cierran y otros que comienzan, mi compromiso con Nuevo León es permanente. 

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