Opinión

¿Excluir a México del T-MEC?

Sección Editorial

  • Por: Waldo Fernández González
  • 25 Noviembre 2024, 00:06

El 20 de noviembre participé como panelista en la segunda Conferencia Anual de Manufactura de América del Norte, organizada por las asociaciones manufactureras más importantes de nuestra región. De manera paralela, surgieron declaraciones de líderes políticos canadienses que han propuesto excluir a México del Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC). 

En el primer caso, la conclusión avasalladora de quienes ahí estuvimos es que el desarrollo y bienestar económico de las tres naciones dependen de dicho Tratado. 

Por otro lado, las declaraciones de políticos como Doug Ford o Danielle Smith están más vinculadas a intereses políticos electorales internos que a un análisis profundo de los impactos económicos. Canadá va a rumbo a elecciones en octubre de 2025, donde se elegirán a los miembros de la Cámara de Comunes, y de ahí saldrá el Primer Ministro del país.

Pretender sacar a nuestro país del Tratado no sólo es irresponsable, sino que es totalmente inviable para la región. La interdependencia comercial de México, Estados Unidos y Canadá es tal que cualquier intento de fracturar esta unión afectaría de manera significativa las economías y el bienestar de millones de personas en la región.

El T-MEC, más que un simple acuerdo comercial, es el pilar fundamental que sostiene el crecimiento y la estabilidad económica de estos tres países. Estados Unidos es el principal socio comercial de México, y el comercio transfronterizo diario entre ambos países supera los mil millones de dólares. Los estados fronterizos en ambos países —seis en México y cuatro en Estados Unidos— tienen un Producto Interno Bruto (PIB) superior al de la mayoría de las naciones del mundo. Más aún, ambas economías son complementarias, particularmente en sectores estratégicos como la industria automotriz y la agroindustria, por lo que una no puede operar sin la otra, lo que hace poco viable que se excluya a nuestro país de este acuerdo comercial. 

Más allá de lo económico, la realidad es que la mayoría de los sectores productivos, al menos los más importantes, reconocen la importancia y los beneficios del T-MEC. La encuesta realizada por los organizadores de la Segunda Conferencia Anual de Manufactura de América del Norte reveló que el 94% de los fabricantes dependen del comercio intranorteamericano para el suministro de materias primas, bienes intermedios y productos terminados, y que el 92% de los encuestados considera que no extender el T-MEC en la revisión programada para 2026 tendría un impacto negativo en sus operaciones, lo que podría perjudicar a miles de empresas en los tres países. Además, un 93% de los fabricantes apoya una mayor integración económica entre los tres países para fortalecer la competitividad del sector manufacturero. 

La conclusión, entonces, es clara: el T-MEC no es solo una herramienta comercial, sino una palanca estratégica para asegurar que América del Norte mantenga su competitividad global en un mundo cada vez más interconectado. El reto es garantizar que el futuro del T-MEC no se vea comprometido por intereses políticos a corto plazo. 

Para ello, hace unos días anuncié los tres acuerdos a los que llegamos en la Segunda Conferencia Anual de Manufactura de América del Norte: 

1.    Organizar una conferencia trilateral de legisladores para defender y destacar los beneficios del T-MEC.

2.    Reforzar la colaboración entre las asociaciones empresariales de los tres países, como CONCAMIN, CME y NAM, para seguir promoviendo políticas que favorezcan la integración económica y la competitividad regional.

3.    Integrar a estas conversaciones a líderes obreros de las tres naciones para mantenerlos informados sobre los avances y la importancia del tratado, asegurando que el fortalecimiento del T-MEC beneficie a los trabajadores y sus familias.

Ante el ruido y los intereses políticos alrededor del T-MEC, debemos mantenernos seguros de que hay quienes no sólo creemos en los beneficios del Tratado, sino que estamos trabajando incansablemente para mantenerlo y fortalecerlo. 

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