La Copa Davis volvió a ser centro de atención esta semana, pero desgraciadamente no por su tradición como un torneo emblemático del tenis.
El certamen entre países más importante del deporte blanco sigue experimentando una caída libre en la atención deportiva global y quedó demostrado con la fase de grupos que se disputó el fin de semana en cuatro sedes.
Hace cinco años que el exfutbolista Gerard Piqué y su empresa Kosmos prometieron revolucionar la Copa Davis, y hace uno que la Federación Internacional de Tenis decidió romper el acuerdo de 25 años que firmaron ante los pobres resultados, trayendo consigo una demanda que se está peleando en tribunales.
Con el nuevo formato se eliminó la tradicional condición de local y visitante, y en apenas unos días hemos pasado de ver un US Open con récord histórico de espectadores a una Copa Davis con gradas prácticamente vacías en las sedes de Bolonia, Italia; Manchester, Inglaterra; Valencia, España, y Split, Croacia.
La realidad es que la competencia más importante por países en el mundo del tenis ya no es lo que era. Ha perdido su atractivo y eso no ha pasado desapercibido para sus principales protagonistas o para los que algún día lo fueron.
El hecho de que el responsable directo de esta debacle haya sido el exfutbolista encendió el ánimo de muchos personajes ligados al tenis, que dijeron que quien haya ideado las nuevas reglas de competencia de la Copa Davis y el cambio de formato no tenía idea de lo que es el tenis.
Si bien la ITF rompió lazos con Kosmos en enero, este año se mantuvo el formato del 2022 ante la falta de tiempo para idear uno nuevo y el resultado no está siendo positivo, como tampoco lo fueron los números de Piqué.
El año pasado la asistencia fue de 113,268 en la fase de grupos y otros 63,000 en las Finales. En total, la asistencia total rondó los 176,000 aficionados.
Estos datos no son mejores que los registrados por la Davis en el 2017, antes de la llegada de Kosmos. Aquel año, la Final acogió durante tres días más de 75,000 aficionados en el Stade Pierre Mauroy de Lille. La asistencia total en aquella Davis, bajo el formato clásico de series de local y visitante, llegó a más de 530,000 espectadores.
En el 2018 se siguió con el formato habitual, pero Kosmos y la ITF llegaron al acuerdo poco antes de celebrarse las Finales y la organización, en ese caso, no proporcionó datos de asistencia.
En el 2019, cuando se estrenó la nueva Copa Davis, la Caja Mágica de Madrid llegó a recibir a 130,000 aficionados en las Finales, luego llegó la pandemia unificando la fase de grupos de 2020 y las Finales de 2021 en una sola edición, trastocando las cifras de asistencia.
En cuestiones monetarias, las pérdidas para la ITF son multimillonarias por haber dejado su torneo insignia ante manos inexpertas y ahora deberán pelear en los tribunales las indemnizaciones que les están pidiendo.
Lo que ocurrirá en el futuro con la Davis es una incógnita y se teme que esto sea el fin, todo se decidirá en Cancún, donde se celebrará la asamblea anual de la ITF y habrá nuevo dirigente mundial del tenis.
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