Este nuevo Congreso no inició bien. Estuvo paralizado durante semanas, hubo una elección irregular en la Mesa Directiva, las comisiones legislativas se repartieron de manera inequitativa y no se llegó a un acuerdo con el presupuesto. Sin duda, no es lo que esperaba Nuevo León.
A tres meses de concluir el primer periodo legislativo y con el segundo ya en puerta, nos toca identificar qué está atorado y, lo más importante, qué es lo que no nos permite avanzar. Así van los números:
Al principio de la Legislatura anterior, de las 151 iniciativas presentadas en el primer trimestre se resolvieron 80, es decir, poco más de la mitad. Mientras que en la actual Legislatura, de 165 iniciativas presentadas, sólo se ha resuelto una.
De esas iniciativas, Movimiento Ciudadano ha sido la bancada que más ha propuesto en el Congreso (72), casi la misma cantidad que el PRI (30) y PAN (45) juntos.
Hoy, el Congreso tiene 1,961 asuntos pendientes, y si a eso le sumamos los 508 nuevos casos que se agregaron entre septiembre y diciembre, estamos hablando de más de 2,000 asuntos en el cajón, un 35% más que la Legislatura previa.
A pesar de los conflictos que generaron y de haberlas repartido por sí mismos, las comisiones con más asuntos sin resolver son presididas por el PRI, PAN, PRD y PVEM: Hacienda del Estado, Legislación, Justicia y Seguridad Pública, Salud y Atención a Grupos Vulnerables; Educación, Cultura y Deporte; Medio Ambiente y Desarrollo Sustentable, y Anticorrupción.
Mientras que las comisiones con menos asuntos pendientes corresponden a Movimiento Ciudadano: Ciencia, Tecnología e Innovación, Desarrollo Metropolitano y Juventud.
Estos datos son alarmantes y muestran una división clara en el Congreso: los que trabajan para que a Nuevo León le vaya bien y los que no. Porque, en vez de buscar un marco legal que ayude a resolver los problemas del estado, tenemos un grupo político en el Congreso que lo único que ha hecho es dañar a Nuevo León. Un grupo concentrado en pleitos políticos, en darle revés a iniciativas del Ejecutivo, en promover juicios políticos, y en temas electorales donde no tenemos facultad alguna de sancionar.
Creen que le están metiendo el pie al gobernador, cuando en realidad le están metiendo el pie a nuestro estado. No es un buen comienzo de Legislatura, pero Nuevo León ha superado peores adversidades. Ahora, lo que toca es meter tercera, ponernos al corriente y darle vuelo a los temas de mayor urgencia para nuestro estado.
Con esto en mente, nuestra prioridad tiene que ser garantizar nombramientos legales en los organismos autónomos e instituciones de justicia; facilitar el avance de las nuevas líneas del metro y la llegada de más camiones nuevos para que la gente llegue más rápido a sus casas después de trabajar o estudiar; ayudar a agilizar la construcción de más destacamentos, la adquisición de más patrullas y el reclutamiento de más policías para que a la Fuerza Civil no le falte nada y pueda seguir blindando el estado; garantizar nuevos hospitales, escuelas y estancias dignas para las niñas y los niños; y sancionar a las empresas que envenenan a nuestras familias contaminando nuestro aire.
Este año, demostremos ser un Congreso con altura de miras, dejando de lado cosas sin sentido y poniendo todo ese tiempo y esfuerzo que desaprovechamos en exhortos, juicios políticos y peleas por comisiones, en lo que verdaderamente importa: ayudar a las personas y trabajar para que a Nuevo León le vaya bien.