Los alcaldes en Nuevo León son muy malos para la recaudación de impuestos a la propiedad. En otras palabras, para cobrar el predial.
Salvo honrosas excepciones, la mayoría no lo cobra bien. Prefieren arreglarse por fuera con los constructores de nuevos fraccionamientos o, simplemente, apelan a la ley del menor esfuerzo. Es decir, cobran el dinero por otro lado, por ejemplo, con el Impuesto sobre la Adquisición de Inmuebles (ISAI).
Cierto: en muchos municipios, por un módico moche, el alcalde autoriza la construcción de fraccionamientos donde no debe, o se construyen de manera irregular porque nunca se les da la autorización correspondiente. Queda todo en el limbo legal, muy cómodo para la corrupción.
¿Por qué, entonces, Agua y Drenaje sí les da la factibilidad, ¿o al menos no se mete con estos nuevos fraccionamientos y los dota del suministro de agua? Quién sabe. Piensa mal y acertarás.
En otras ocasiones, pasa lo contrario: teniendo estos desarrolladores todo en regla, AyD no les da la factibilidad. ¿Por qué?
En los municipios de Nuevo León, como en la mayoría de los municipios del país, el predial solo alcanza a cobrarse 0.3% del Producto Interno Bruto (PIB). En los países desarrollados, este porcentaje ronda el 1.9% del PIB. Andamos por la calle de la amargura.
¿Hay algún remedio para cobrar mejor el predial? Sí. Que el gobierno del Estado haga el cobro del predial en vez de los ayuntamientos.
Dicho de otro modo, que los municipios le cedan la potestad del catastro a la autoridad ejecutiva estatal.
Así, sería el gobierno del Estado el encargado de organizar la cobranza del predial.
No sería la primera vez ni el primer rubro de esta naturaleza en el que entrara al quite el gobierno del Estado.
Lo hace con las multas de carros particulares en control vehicular. No te saco este trámite si no te pones al corriente en este otro. ¿Se entiende?
Al municipio se le repondría lo que dejó de recibir de manera directa (resultado del llamado acuerdo resarcitorio), y el gobierno del Estado se quedaría con una parte del cobro por el servicio de registro catastral y de cobranza.
Saldríamos ganando todos. ¿Incluyendo los ciudadanos? Sí, porque, para que de verdad exista la justicia distributiva, se necesitan recursos públicos suficientes.
Conviene volver al clásico libro de John Rawls: Teoría de la justicia. Sin impuestos bien cobrados, no hay justicia social que valga.
Y hasta ahora, a nivel municipal, no la hay. Así de simple.