La semana pasada no pude hablar de esto…te cuento por qué. El Día Mundial de la Salud Mental se celebra el 10 de octubre de cada año, con el objetivo de crear conciencia sobre los problemas de salud mental en todo el mundo y promover estrategias públicas que ayuden a mejorar las estadísticas.
Es importante que no sólo se toque el tema un día al año o un mes, sino que todos los días son buenas oportunidades para hacer un chequeo personal de cómo andan las cosas en nuestro interior. Y también hay que voltear a ver a los demás, a nuestros más cercanos, para saber cómo se sienten.
Las estadísticas antes de la pandemia ya eran alarmantes; después de la pandemia, siguen en aumento los problemas de salud mental. Si no se les da la importancia que requieren, pueden terminar con la vida de una persona. No pude escribir sobre esto la semana pasada porque, justo el 10 de octubre, me dieron la noticia de que una persona que conocí recientemente había cometido suicidio. No era una persona cercana a mí, pero me tocó observar una situación en la que él y otra persona discutían con mucha energía.
Vi que no lograba controlar sus emociones y me quedé pensando semanas sobre el porqué de esa situación y cómo la falta de herramientas emocionales o de autorregulación son tan importantes para convivir en sociedad. Pude observar que algo en su interior no estaba bien; la semana pasada, esa persona se quitó la vida.
Lo más triste es que a veces las señales de depresión, ansiedad y otros trastornos de salud mental son tan silenciosas que no se logran detectar a tiempo. Sigo pensando si pude haber hecho algo. Según datos del INEGI, en 2023 se registraron 8,837 suicidios. De las personas que fallecieron por suicidio, 81.1 % correspondió a hombres y 18.9 %, a mujeres.
Del total de eventos, 65.6 % ocurrieron en personas menores de 40 años. Este porcentaje fue 75.2 para el caso de las mujeres y 63.3 para los hombres.
Varios factores contribuyen al riesgo de suicidio, como la depresión, el trastorno bipolar, los trastornos de personalidad y el abuso de sustancias. Además, el aislamiento social y los problemas de salud mental durante y después de la pandemia de COVID-19 han intensificado las preocupaciones sobre la prevención del suicidio.
Esa ocasión en que me tocó ver a esa persona discutiendo, me quedé pensando qué podía hacer yo para ayudar a alguien que no está estable emocionalmente. Piensas que qué te importa, que no te corresponde, y ni siquiera tienes la confianza de hacerlo.
Ahora que sé que ya no está aquí y que dejó a su familia, pienso en las posibilidades que pudieron ocurrir antes de que él llegara a esto. Por hoy, lo único que puedo hacer es hablar del tema en esta columna. Y también invitarte a que no normalicemos sentirnos mal, que hablemos con alguien de confianza y que preguntemos cómo se sienten las personas que tenemos cerca.
La frase "somos el resultado de las cinco personas más cercanas a nosotros" se atribuye a un empresario y motivador estadounidense, Jim Rohn. Conocido por su trabajo en desarrollo personal y liderazgo, promovía la idea de que las personas con las que pasamos más tiempo tienen una influencia significativa en nuestras actitudes, personalidad y en nuestros éxitos o fracasos.
Su enseñanza subraya la importancia de rodearnos de personas que nos inspiren, nos impulsen a crecer y que compartan valores positivos, ya que nuestras relaciones influyen directamente en nuestra mentalidad y nuestras decisiones.
La reflexión con la que me quiero despedir es justo esta: que tomemos responsabilidad por el tipo de influencia que ejercemos en los que tenemos cerca. Revisemos con mucha humildad nuestras palabras, actos y la forma de acercarnos a nuestros más cercanos.
Creo que si todos trabajamos en nosotros mismos para ser nuestra mejor versión, estaríamos sumando a las personas que nos rodean. Y tal vez estaríamos listos para ver señales de alarma en caso de que pensemos que alguien pueda requerir nuestra ayuda o una intervención profesional.
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