En esta nueva temporada de Trump y sus aranceles, hemos visto los argumentos que en su tiempo expuso el presidente Ronald Reagan, quien fue el número 40. Es un video que compartió el gobernador de Nuevo León, Dr. Samuel García, en sus redes sociales. En ese mensaje, el presidente de la Unión Americana, del 20 de enero de 1981 al 20 de enero de 1989, expuso con claridad la razón y los efectos que tendrían las empresas cuando, en un afán proteccionista, suben los aranceles y precios de los diferentes productos, lo que genera una serie de problemas que van desde la falta de competitividad hasta generar recesión y, con ello, el cierre de empresas afectadas por las medidas. Además, las personas que aún no han sido sustituidas por robots de la inteligencia artificial, todas estas aristas provocan crisis de empleo, poder adquisitivo y abasto.
Por eso, dijo que este tipo de medidas, que en apariencia son para proteger o sobreproteger de las competencias propias del mercado de mercancías y productos, en principio pueden parecer correctas, pero a corto plazo generan más y mayores problemas, que sin duda se pueden reflejar en los anaqueles de las fábricas. Es también muy preocupante que se caiga en desabasto y que los almacenes de las tiendas de víveres queden con sus estantes vacíos.
Regresa a mi mente un video donde se muestra la opulencia que vivía Cuba antes de 1959, con casinos, hoteles y muchos lujos a la mano de los ciudadanos de aquella república. La Revolución de Castro y su camarilla fueron eliminando todo eso, hasta llegar al grado de que ahora debes tener tu libreta de surtimiento de los más elementales artículos de subsistencia.
Debe ser muy feo tenerlo todo y después perderlo a causa de una mala implementación de medidas y políticas económicas y de comercio exterior, que se afectan tanto que se pueda caer en estas situaciones que se comentan y que han sufrido naciones que fueron prósperas. Tener mucho dinero y poderío en armas no lo es todo; si se desatan las guerras comerciales o si se sigue estirando la liga, maltratando a otras naciones, puede causar que cierren el abasto de mercancías del exterior, incluida la parte de alimentos, ya que a los güeros no les gusta trabajar en el campo. Agrega también los empleos que requieren esfuerzo físico, como los de la construcción, que tampoco les gusta realizar. Así vendrán una serie de complicaciones a la vida de las personas que viven en el país más poderoso del mundo.
Pero las cosas pueden cambiar cuando la dirección de la nación pone más importancia en los impulsos que en la razón. Todo cambio debe ir debidamente sustentado, y creo que al final no bastan las órdenes ejecutivas; estas mismas pueden ser revocadas por las cámaras.
Añade la suma de problemas que ya se tiene con la cantidad de personas a quienes en algún momento se les proporcionó o fomentó alguna adicción en las diferentes guerras, de manera que los combatientes aguantaran y se mantuvieran fuera de la realidad de lo impactante de las acciones bélicas. Se requiere estar drogado para matar a inocentes de otras naciones con los efectos de bombas.
Hoy en día, hay una gran cantidad de personas que requieren y demandan estupefacientes, y cuando estos adictos sufran de abstinencia, ellos mismos, que poseen grandes cantidades de armas de alto impacto, pueden perder el control y generar balaceras sin una causa coherente.
Todo este rollo es para tener en cuenta que, por mucho que jalen la liga de la presión en las negociaciones entre naciones, esta puede reventarse y, de entrada, darte un ligazo. En este caso, ese “ligazo” son todas las cosas adversas que pueden desencadenarse con una errática política pública que inicia en el comercio internacional, pero que termina afectando lo más valioso y elemental que tenemos las personas: el derecho básico y necesario de alimentarnos y vivir en un lugar seguro.
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