Opinión

Elecciones amañadas, 1963 Segunda parte

Sección Editorial

  • Por: Adalberto Madero
  • 17 Septiembre 2024, 23:54

Abiel Treviño Martínez inició su campaña de manera intensa; durante la primera semana de trabajo visitó las colonias del sur de la ciudad: Independencia, Ladrillera, Caracol, Buenos Aires, Nuevas Colonias, Narvarte, Barrio de la Boquilla, Nuevo Repueblo, entre otras.  

Ahí se enteró de los problemas que afrontaban los sectores humildes de Monterrey. Un rasgo importante fue la realización de asambleas con los representantes de las diferentes colonias, eventos donde miembros de su planilla tomaban nota de las peticiones para, posteriormente, integrarlas a su plan de gobierno.

También visitó las colonias del norponiente, como Topo Chico, Regina, Hidalgo, Niño Artillero, Constituyentes del 57, Estrella, Miguel Nieto, Industrial y la de ex posesionarios de Ruiz Cortines para conocer personalmente las necesidades de la gente. 

Al trabajo electoral de Treviño Martínez había que sumar el papel desempeñado por el alcalde en funciones, Leopoldo González Sáenz, quien el 1 de noviembre entregó 20 obras públicas con valor de $25 millones, acciones que impactaron en la comunidad.

Un rasgo de la campaña de Juventino Villarreal Muñoz fue la inserción de varios escritos en la editorial de un diario local, a los cuales tituló “Temas de campaña”. El primero se llamó “Descubriendo la América”, donde señala que el candidato del PRI había tratado de impresionar con recorridos por las colonias marginadas de Monterrey con el objetivo de conocer sus problemas.

Su primer mitin fue el 16 de noviembre, a 14 días de las elecciones, donde acudió a un centro de trabajo: la Vidriera de Monterrey. Villarreal Muñoz estaba familiarizado con ese sector porque fue médico en diferentes centros de trabajo.

Posteriormente visitó la empresa Celulosa y Derivados, donde convivió con los trabajadores, quienes le exteriorizaron las necesidades de las colonias del norte. El 29 de noviembre realizó su segunda reunión en la Cervecería Cuauhtémoc, donde escuchó de varios jefes de familia la opinión que tenían sobre los problemas de su comunidad.

El tercero y último lo llevo a cabo en la plaza de la colonia Hidalgo, en donde la gente le demostró su adhesión. En este evento externó que el voto era el único camino para la instauración del municipio libre, que resultaba indispensable para la solución de los problemas. 

En una entrevista a uno de los voceros del PAN se le cuestionó: ¿por qué el candidato panista no se acercaba a los sectores populares o colonias? Respondió: “Juventino Villarreal Muñoz no va a las colonias de la Ciudad a conocer los problemas, porque ya son conocidos de todos quienes en verdad se han preocupado por ellos.

Va a poner en conocimiento de aquellos vecinos lo que en un programa de trabajo tiene formulado para resolverlos. Solamente quienes han estado desvinculados de la ciudad, quienes no conocen la ciudad, están ajenos a sus problemas…”.  

El domingo 1 de diciembre de 1963, a partir de las ocho de la mañana, se instalaron en la ciudad 346 casillas; ese día, los dos candidatos recorrieron la ciudad y fueron casilla por casilla a conocer el desarrollo de la elección.

El del PRI estaba satisfecho con los resultados. El PAN estaba desanimado y un tanto decepcionado, quien destacó que en las casillas visitadas sus representantes le informaron de varias violaciones como: padrones defectuosos, uso de listas adicionales, la viciada intervención de “aviadores” y personas que no se permitió votar. 

Para Acción Nacional, la votación fue amañada, por lo que Juventino Villarreal Muñoz difunde en los medios impresos un escrito en donde denuncia las irregularidades, desconoce el triunfo de su oponente y llama a la ciudadanía a manifestar su repudio por la manipulación del proceso electoral. 

El 4 de diciembre, la Comisión Municipal Electoral, presidida por el Lic. Héctor R. González, citó, para el siguiente día, a todos los presidentes de casillas, a las 9 de la mañana en el aula “Profr. Pablo Livas” de la Escuela Normal Miguel F. Martínez, a fin de instalar la Junta Computadora. Los Escrutadores informaron que el resultado de la votación fue el siguiente: El PRI había obtenido 71,434 votos contra 8,427 reconocidos al PAN; en vista de lo anterior, la Junta declaró que la planilla postulada por el PRI había obtenido el triunfo.   

El PAN declaró a la prensa haber solicitado la nulidad de las elecciones para alcalde de Monterrey. La solicitud fue formulada por el Dr. Gonzalo Guajardo Hernández, Presidente del Comité Regional del PAN, ante la Junta Computadora, en la que manifestó que “debe darse por nula la votación en las casillas, que en casi su totalidad, fueron viciadas por sus propios presidentes, quienes permitieron la votación abierta a personas que no estaban inscritas en los padrones que sirvieron con base en la elección del último domingo en Monterrey”.

La demanda de nulidad no se presentó al Congreso del Estado; se aceptó la derrota y se disfrutó el triunfo obtenido por primera vez en San Pedro Garza García por parte de Humberto Junco. Finalmente, en el Periódico Oficial del día 25 de diciembre de 1963 se declaran válidas las elecciones municipales.  

Nuevamente, el PRI arrasó la elección de Monterrey, aunque a partir de estos comicios tendrá a un rival que se posicionó en un municipio metropolitano, espacio desde donde tenderá un peldaño hacia la alternancia. 

Compartir en: