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Opinión

Tráfico fantasma en Monterrey: otro problema en la ciudad

Ciudad & Ladrillos

Le ha pasado, estimado lector, que va circulando por una avenida, con algo de tráfico, pero con una circulación fluida, y de repente, de la nada, se encuentra con un atascón que ocupa los tres carriles y que le obliga a reducir la velocidad e incluso detener el vehículo. Minutos después, sin motivo aparente, el tráfico se disipa, y todo vuelve a la normalidad. ¿Le suena?

A eso se le conoce como “tráfico fantasma” y es una de las situaciones más comunes al volante y en las grandes urbes. Pero, ¿por qué se producen? Los seres humanos nos distraemos por naturaleza, pero existen diferentes variables que influyen en nuestro manejo, ya sea la velocidad con la que circulamos, el tipo de vía, el mal diseño de calles y avenidas, condiciones climáticas, los imprevistos y también nuestra capacidad de reacción. Estas situaciones multiplicadas por la de todos los que circulan en la misma vía da lugar a un verdadero atorón.

En la ciudad ya es de cajón que en las principales avenidas como Morones Prieto, Revolución, Garza Sada, veamos este efecto, y más porque se integran muchas calles a estas avenidas y no están bien diseñadas en cuanto a tener un carril de integración que aminore la incorporación de manera gradual. Lo que tenemos es una integración inmediata que hace que desde la calle secundaria se genere tráfico para salir a la avenida, hasta que en los carriles de baja de la avenida la gente se frene con el miedo de que puedan chocarlo o que se le avienten.

Tras un frenazo, la circulación se reanuda con más retraso cuanto más atrás se está en la fila. Tras arrancar el primer coche, el segundo tarda un segundo extra; el tercero, suma otro segundo al anterior y así consecutivamente. Según estudios internacionales de tráfico, por ejemplo, en una fila de 2,000 coches, que ocupa de 12 a 16 kilómetros de largo, el último vehículo tardaría hasta 30 minutos en arrancar.

La descoordinación entre conductores es el factor que limita la cantidad de vehículos que pueden atravesar, por ejemplo, una intersección, ya que cuando una maniobra precede a otra, y ésta a otra más (y así sucesivamente), llega un punto en que uno de los coches se ve obligado a pisar fuerte el pedal del freno. Y esto origina una retención de varios vehículos.

Así, se puede afirmar que existe una relación directa entre el número de intersecciones de una vía y el nivel de descoordinación entre vehículos, lo que supone un aumento del volumen de tráfico.

Si quien ver un video sobre este fenómeno, les recomiendo que busquen en YouTube: “The simple solution to traffic” (la sencilla solución al tráfico) de CGP Grey, donde se presentan perfectamente las causas de este efecto acordeón. Y si de paso son amigos de los alcaldes o de los urbanistas de Monterrey, díganles que nos ayuden con campañas sobre este tema. Todo sirve…

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