Opinión

El síndrome de las 10 manzanas

Sección Editorial

  • Por: Nora Lilia Zambrano
  • 09 Diciembre 2024, 00:08

Pareciera que entre más tenemos, menos lo disfrutamos, y entramos en un bucle de querer más y más.

Una autora que me encanta escuchar es Gaby Vargas, y hace unos días compartía el siguiente cuento: Había una vez un cazador que salió al bosque para ver si conseguía algo para comer, aunque era un hombre experimentado en la cacería, se vio en un momento en donde no había conseguido nada.

Continuó su camino por varios días más; al tercer día, cansado y desesperado, encontró una manzana en su camino, agradecido por ese regalo del bosque, la comió enseguida, saboreó cada bocado y se deleitó por el dulce sabor del manjar que tenía en sus manos.

Siguió su camino y para su sorpresa se encontró con otras dos manzanas, igualmente deliciosas, que le ayudaron a recuperar fuerzas y saciar su hambre, continuó por un tiempo más y así se fueron presentando varias manzanas más, sin embargo, como ya estaba lleno, no hizo más que guardarlas en su bolsa y no prestarles más atención.

Aunque es un cuento lindo, nos hace reflexionar en lo que la autora Gaby Vargas menciona como el síndrome de las 10 manzanas, el cual lo relaciona a ese adormecimiento que nuestra generación está experimentando al verse sobreexpuesta a un sinfín de estímulos.

Tristemente, estamos perdiendo el sentido de asombro, y con ello la capacidad de encontrar la belleza y la alegría que existe a nuestro alrededor, ¿Cuándo fue la última vez que escuchaste a un pájaro cantar?, ¿o qué disfrutaste del viento o el sol en tu rostro?

Pareciera que entre más tenemos, menos lo disfrutamos, y entramos en un bucle de querer más y más, no nos damos el tiempo de maravillarnos con lo que ya tenemos.

Y ponía otro ejemplo fuertísimo, recuerdas alguna vez cuando te lastimaste una parte de tu cuerpo, quizá una fractura, un esguince o una simple torcedura, y te diste cuenta cuán valiosa era esa parte del cuerpo para ti, no hablemos de problemas más graves, con el simple hecho de no poder disfrutar de tu cuerpo con libertad, nos hacemos conscientes de su valor.

El mensaje que hoy día te quiero compartir es eso: Haz un esfuerzo por salirte del adormecimiento, por dejar atrás el síndrome de las 10 manzanas, hay muchos pequeños gozos que puedes tener cada minuto de tu vida y es solo activar ese chip de conciencia que existe en ti.

Muchas veces andamos por la vida con el piloto automático, avanzamos, pero sin saber a dónde, solo ir adelante y más adelante, pareciera una carrera sin fin, porque siempre hay otra cima por escalar, pero se nos está olvidando el camino de regreso, dejamos de lado nuestras huellas de sentido, y es cuando las manzanas empiezan a perder ese sabor tan delicioso que tuvieron la primera vez.

Los niños son unos maestros fabulosos para descubrir magia en las pequeñas cosas, con su audacia, sus preguntas y sus ganas de saber más, seamos como los niños pequeños que se toman el tiempo de explorar, de identificar, de tocar, hagamos un repaso de nuestras bases de datos.

Si, quizá podrás recordar lo maravilloso de tu último viaje, tiene fotos geniales, pero … y los olores que lo rodearon, la sensación que produjo ese lugar en tus sentidos, ¿Cuál fue?

Te invito a que cuando termines de leer esta columna, hagas el siguiente ejercicio, cierra tus ojos, nombra cuatro cosas que estén a tu alrededor, identifica cuatro sonidos diferentes a tu alrededor, y experimenta cuatro olores diferentes que estén cerca de ti… disfruta un momento en el aquí y ahora.

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