El peligroso camino de México hacia la degradación crediticia
Sección Editorial
- Por: Guillermo Barba
- 18 Agosto 2024, 23:33
México se encuentra en una trayectoria económica preocupante que, aunque no muestra consecuencias inmediatas, augura costos significativos a mediano y largo plazo, y que como ciudadanos responsables, es crucial que reconozcamos los efectos futuros de las políticas y decisiones actuales que se están implementando.
En economía, existen políticas que fomentan la inversión y el crecimiento, y otras que los obstaculizan. Lamentablemente, las decisiones actuales parecen desincentivar la inversión mucho más que estimularla. Un claro ejemplo de esto es la serie de reformas constitucionales previstas para septiembre con la llegada del nuevo Congreso.
Estas incluyen la reforma política, la reforma del Poder Judicial y la eliminación de organismos autónomos, entre otras. Tales cambios generan incertidumbre y nerviosismo entre los inversionistas nacionales y extranjeros, inhibiendo así la inversión.
Además, nos enfrentamos a un déficit histórico que se estima en alrededor del 6% del PIB para este año, y contrario a las proyecciones oficiales, es poco probable que se logre reducir a la mitad el 2025, dado que se siguen prometiendo grandes obras de infraestructura y una expansión de los programas sociales.
Este gasto deberá financiarse de alguna manera, y sin un crecimiento económico robusto, será difícil hacerlo a través de mayores ingresos fiscales.
Sin ingresos adicionales, el gasto se tendrá que cubrir con más deuda. Por si fuera poco, la realidad es que México ya está experimentando un estancamiento económico, combinado con alta inflación, lo que conocemos en economía como “estanflación”.
Sí, la inflación va en aumento, mientras que el crecimiento económico se desacelera, tendiendo hacia el 1%. Mala tendencia que no se ve cómo se pueda revertir.
Se perdería el “grado de inversión” en el sexenio de Sheinbaum En el contexto explicado arriba, no sorprenden los pronósticos que anticipan que nuestro país perdería el “grado de inversión” en próximos años.
El gestor de activos Franklin Templeton lanzó recientemente una advertencia respecto a la sostenibilidad fiscal de México bajo la administración de Claudia Sheinbaum, anticipando que el país podría perder su grado de inversión en un escenario de sólo dos años si no se implementan reformas fiscales significativas.
La estratega de inversión, Nadia Montes de Oca, destacó que la combinación de un aumento en el gasto público—especialmente en programas sociales como pensiones universales y becas para jóvenes—sin un correspondiente incremento en los ingresos fiscales, podría llevar a un deterioro acelerado de las finanzas públicas. Este escenario de gasto desmedido, según Montes de Oca, obligaría a financiar estos compromisos mediante endeudamiento, lo cual a su vez desestabilizaría la deuda soberana del país. Estamos de acuerdo.
La posible pérdida del grado de inversión tendría consecuencias serias que complicarían la atracción de capitales y encarecería el financiamiento para México. Asimismo, esto se reflejaría en un tipo de cambio encarecido acompañado de presiones inflacionarias, que son las que más afectarían a la gente. Montes de Oca reconoce que existen factores que podrían mitigar estos riesgos, como la inversión generada por la relocalización de cadenas de suministro hacia América del Norte (nearshoring), junto con las robustas exportaciones a Estados Unidos y las remesas. Sin embargo, enfatiza que estos elementos, aunque positivos, no son suficientes para contrarrestar los peligros inherentes a una gestión fiscal irresponsable.
La autonomía del Banxico en entredicho Otro factor preocupante es la aparente pérdida de autonomía del Banco de México. El reciente recorte en la tasa de interés, aprobado por la Junta de Gobierno a pesar del claro repunte en la inflación general, es un claro indicio de que el banco central está cediendo a las presiones políticas del gobierno. Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, y su colega Irene Espinosa, han sido los únicos miembros de la junta de gobierno en oponerse a esta medida. Ambos han advertido que bajar la tasa de interés en un momento en que la inflación está en aumento es contradictorio y podría dañar las expectativas de los mercados y los analistas. Tienen razón. Heath manifestó su preocupación ante la reciente decisión de Banxico de reducir la tasa de interés en 25 puntos base, llevándola a 10.75%.
En una entrevista, Heath calificó esta medida como prematura y contradictoria. Según Heath, bajar las tasas de interés mientras la inflación general sigue al alza envía señales contradictorias a los mercados y deteriora la credibilidad de las políticas monetarias del banco central. Los analistas, en respuesta a esta acción, han comenzado a ajustar al alza sus pronósticos de inflación, lo cual podría generar un ciclo de expectativas inflacionarias descontroladas. Heath subrayó que en este momento, la prudencia debería prevalecer en las decisiones de política monetaria, sugiriendo que el banco debería haber esperado a ver resultados más concretos antes de proceder con un recorte de tasas. Estamos de acuerdo. El tiempo se acaba para corregir el rumbo Los temas comentados en este artículo son sólo algunos de los indicios que marcan que el rumbo que está tomando la economía de México no es el adecuado para su sostenibilidad a largo plazo. Las señales se multiplican y aunque no es demasiado tarde para corregir, el llamado “segundo piso” de la cuarta transformación no augura un destino distinto al aquí proyectado. No pensar en las consecuencias de largo plazo, sería un error con muy altos costos.
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