Opinión

El Papa Francisco: Así se anuncia el Evangelio

Sección Editorial

  • Por: Anam Cara
  • 08 Marzo 2023, 13:38

El Papa Francisco: Así se anuncia el Evangelio: mostrando a Jesús más que hablando de Jesús. ¿Y cómo mostramos a Jesús? Con nuestro testimonio. Del 10 al 16 de febrero de 2023. 

Audiencia general. Queridos hermanos y hermanas, ¡buenos días! El tema de la catequesis que hemos elegido es: “La pasión de evangelizar, el celo apostólico”. El Evangelio dice que Jesús «instituyó a Doce — que llamó apóstoles—, para que estuvieran con Él, y para enviarlos a predicar» (Mc 3,14). Tratemos de entender un poco cuál es el sentido con el que Jesús dice estas cosas.

En primer lugar, no hay ir sin estar: Antes de enviar a los discípulos en misión, Cristo —dice el Evangelio— los “llamó” (cfr. Mt10,1). El anuncio nace del encuentro con el Señor; toda actividad cristiana, sobre todo la misión, empieza ahí. No se aprende en una academia: ¡No! Empieza por el encuentro con el Señor.

Testimoniarlo, de hecho, significa irradiarlo; pero, si no recibimos su luz, estaremos apagados; si no lo frecuentamos, llevaremos nosotros mismos a los demás en vez de a él, y todo será en vano. Por tanto, puede llevar el Evangelio de Jesús sólo la persona que está con Él. Igualmente, no hay estar sin ir.

De hecho, seguir a Cristo no es un hecho intimista: Sin anuncio, sin servicio, sin misión la relación con Jesús no crece. Notamos que en el Evangelio el Señor envía a los discípulos antes de haber completado su preparación: Pocos después de haberlos llamado, ¡ya les envía!

Esto significa que la experiencia de la misión forma parte de la formación cristiana. Recordemos entonces estos dos momentos constitutivos para todo discípulo: Estar con Jesús e ir, enviados por Jesús.

Tras llamar a los discípulos y antes de enviarlos, Cristo les dirige un discurso, conocido como “discurso misionero”. Se encuentra en el capítulo 10 del Evangelio de Mateo. De este discurso, extraigo tres aspectos: Por qué anunciar, qué anunciar y cómo anunciar. 

Por qué anunciar. La motivación está en cinco palabras de Jesús que nos hará bien recordar: «Gratis lo recibisteis; dadlo gratis» (v. 8). Son cinco palabras. ¿Pero por qué anunciar? El anuncio no parte de nosotros, sino de la belleza de lo que hemos recibido gratis, sin mérito: Encontrar a Jesús, conocerlo, descubrir que somos amados y salvados.

Es un don tan grande que no podemos guardarlo para nosotros, sentimos la necesidad de difundirlo. En otras palabras: Hemos recibido un don y nuestra vocación es hacernos nosotros don para los otros; está en nosotros la alegría de ser hijos de Dios, ¡debe ser compartida con los hermanos y las hermanas que todavía no lo saben!

Este es el porqué del anuncio. Ir y llevar la alegría de lo que nosotros hemos recibido. Segundo: ¿Qué anunciar? Jesús dice: «Id proclamando que el Reino de los cielos está cerca» (v. 7). Esto es lo que hay que decir, ante todo y siempre: Dios está cerca. Él mismo lo dijo al pueblo.

Dijo así: “Mirad, ¿qué Dios está cerca de las Naciones como yo estoy cerca de vosotros?”. La cercanía es una de las cosas más importantes de Dios. Son tres cosas importantes: Cercanía, misericordia y ternura. No olvidar esto. ¿Quién es Dios? El Cercano, el Tierno, el Misericordioso.

El anuncio debe dar el primado a Dios y dar a los otros la oportunidad de acogerlo, de darse cuenta que Él está cerca. Y yo, detrás. Tercer punto: Cómo anunciar. Es el aspecto sobre el cuál Jesús se explaya más: Cómo anunciar, cuál es el método, cuál debe ser el lenguaje.

Es significativo: Nos dice que la forma, el estilo es esencial en el testimonio. El testimonio no involucra solamente la mente, los conceptos: No. Involucra todo, mente, corazón, manos, todo, los tres lenguajes de la persona: El lenguaje del pensamiento, el lenguaje del afecto y el lenguaje de la acción.

Y, en el estilo, lo importante es el testimonio. También sobre el cómo anunciar, llama la atención que Jesús, dice qué no llevara la misión. El Señor te hace ligero de equipaje: «No os procuréis oro, ni plata, ni cobre en vuestras fajas; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón» (vv. 9- 10).

Dice que no nos apoyemos en las certezas materiales, ir al mundo sin mundanidad. Así se anuncia: Mostrando a Jesús más que hablando de Jesús. ¿Y cómo mostramos a Jesús? Con nuestro testimonio. 

Compartir en: