Este fin de semana visité Lampazos de Naranjo, en el norte de Nuevo León, una tierra con historia, orgullo y vocación ganadera.
Desde ahí me reuní con productoras y productores, quienes me contaron cómo, generación tras generación, han hecho del ganado un modo de vida, un motor económico y una tradición que enorgullece a nuestro estado. Sin embargo, también dialogamos sobre sus retos, siendo uno de los más graves el hecho de que, en 2023, se perdiera el certificado de estatus sanitario que nos permitía exportar ganado a Estados Unidos.
Esto es especialmente grave en un estado donde la ganadería es una de las principales actividades económicas, por lo que no sorprende cuando escuché que, a partir de este hecho, el sector ha tenido pérdidas millonarias. De acuerdo con estimaciones del sector, cada año se pierden más de ¡400 millones de pesos!
Lo más increíble es que todo parece indicar que la pérdida de este certificado se debe a deficiencias administrativas y falta de coordinación. De acuerdo con el Departamento de Agricultura de Estados Unidos, Nuevo León registró deficiencias sanitarias, particularmente en el Programa contra la tuberculosis de la entidad. A partir de ese momento, poco se ha hecho desde el Estado para recuperar la certificación.
No estamos hablando de un simple papel: estamos hablando del sustento de miles de familias, de la competitividad de una industria clave para la región norte del estado y de una fuente de orgullo para nuestra gente.
Tan sólo un dato: la Unión Ganadera Regional de Nuevo León (UGRNL) cuenta con 45 asociaciones ganaderas locales y más de 13,000 socios. Perder la certificación sanitaria que otorga el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos significa cerrar la puerta a uno de los mercados más importantes para nuestros productores, pero, sobre todo, significa dejar en el abandono a quienes han invertido años de trabajo y recursos para cumplir con los estándares internacionales.
Por eso, desde Lampazos anuncié que, desde el Senado de la República, junto a la Senadora Judith Díaz, presentaré un Punto de Acuerdo para exigir la firma de un convenio de transparencia y colaboración entre el Gobierno del Estado, la Federación y el Senado. Así, tanto Judith como yo buscaremos ser testigos de calidad, junto con la Asociación Ganadera, para darle seguimiento puntual a todos los procesos que se están llevando a cabo para recuperar esta certificación que permita exportar ganado a los Estados Unidos.
Queremos que este sea un proceso claro, donde nadie se lave las manos y todos asumamos responsabilidades: desde la Asociación Ganadera, el Senado y el Gobierno del Estado. No vamos a permitir más simulaciones.
Desde hace años, hice público mi compromiso con todo Nuevo León, pero, sobre todo, con el campo. Trabajar para recuperar esta certificación debe ser la prioridad para todos. En la coyuntura actual, es indispensable que los sectores económicos del Estado estén en su mejor momento, con la capacidad para demostrar que son competitivos, eficientes y transparentes.
Desde el Senado, seguiré siendo un aliado de los productores, de las y los ganaderos, de quienes todos los días trabajan bajo el sol para sacar adelante a sus familias. Si algo tengo claro es que no puede haber transformación verdadera si no se incluye al campo. Y porque, como lo he dicho siempre, soy un político de compromisos, no de promesas.