El efecto Kamala

 
Kamala Harris ha sacudido la elección presidencial de Estados Unidos.

Tan pronto como el presidente Joe Biden se retiró de la candidatura presidencial dando su apoyo a Kamala para que lo suceda en la carrera hacia la presidencia de Estados Unidos, las elecciones han tomado un nuevo brío, dejando en el pasado el triunfalismo republicano por la sobrevivencia de Trump ante el atentado, para colocar en el centro de la conversación a la Vicepresidenta de Estados Unidos.

Hasta antes del 21 de julio la escena electoral la dominaba el sobreviviente Donald Trump, que le inyectó una dosis de adrenalina al Partido Republicano al salir prácticamente ileso de un atentado que, para los más extremistas de la derecha republicana, fue lo más cercano a una acción directa de Dios para hacer de Donald Trump, presidente por segundo término.

Sin embargo, después de la renuncia de Biden todo cambió, los demócratas subieron en las encuestas, se generó una recaudación récord de donaciones que asciende a más de $100 millones de dólares en menos de 48 horas (así funciona el sistema electoral de Estados Unidos) y encendió la esperanza de sectores sociales de la población en torno a la demócrata Harris.  

Kamala en su primer discurso dio un golpe contundente a Trump cuando dijo que ella ha ocupado varios cargos como fiscal en California y en todos ellos ha visto defraudadores, agresores de mujeres, mentirosos que burlan la ley y remató diciendo: ‘créanme que conozco a los tipos como Donald Trump’.

Kamala ha sido recibida con entusiasmo, tanto así que la cantante Beyoncé le cedió los derechos de una de sus canciones más emblemáticas, titulada Freedom (libertad), para que la candidata demócrata pudiera usarla durante la campaña.

El día de ayer Kamala lanzó su primer spot de campaña rumbo a la elección presidencial con el eslogan “Elegimos Libertad” (We choose freedom) en el que habla de temas sociales centrales como la libertad para elegir entre el odio y la armonía, un sistema de salud fuerte, un país libre de armas de fuego en donde nadie esté por encima de la ley y la libertad de elegir sobre tu propio cuerpo, haciendo alusión a la despenalización del aborto.

Este spot de Kamala tiene como música de fondo el éxito musical de Beyoncé titulado Freedom, lo que enmarca de manera magistral el concepto de libertad en contra de todo lo que representa Donald Trump a quien se retrata en el video en sus posturas de mayor furia, intolerancia y enfrentando cargos ante la ley.

A todo esto, se agrega lo más importante, el factor Kamala. Una mujer que podría ser la primera Presidenta de Estados Unidos, representante de una minoría, hija de migrantes, con una carrera exitosa en la impartición de justicia en su país, determinante, progresista, carismática, alegre, sonriente y divertida; lo que sin duda está poniendo de cabeza a Trump.

Existen paralelismos sobresalientes entre Kamala y nuestra presidenta electa Claudia Sheinbaum, que merece la pena enumerar.

Ambas han roto el techo de cristal al ser las primeras mujeres en varios de los cargos que han ocupado en la Administración Pública, ambas hijas de familias migrantes, con padres científicos con carrera académica, pertenecen a la misma generación, son mujeres determinadas, con lucha activa contra el cambio climático, con carácter y progresistas.

No sabemos qué tan bueno sería para nuestro país que Kamala ganara la Presidencia de Estados Unidos, pero la idea de tener dos presidentas en dos de los países más importantes de América sería un sueño hecho realidad para la agenda feminista, veremos que deciden los ciudadanos, pero por lo pronto ha resurgido el espíritu de lucha y la esperanza en los sectores sociales de Estados Unidos.