El corazón de Tomás Jesús Yarrington
Sección Editorial
- Por: Eleazar Ávila
- 26 Enero 2024, 01:28
Tamaulipas ha tenido, de acuerdo con los registros históricos, 118 gobernadores, y como se afirma en esta tierra que fue la Nueva Santander, hoy son los tiempos del Dr. Américo Villarreal Anaya y que nadie se equivoque.
En este contexto, hay que comprender esta entidad, espacio, de como cita el himno “robado” a Matamoros, “fuiste cuna de nobles varones que con la luz de su saber iluminaron, y al pasar por la tierra dejaron con sus obras su nombre inmortal”.
Todos han tenido su momento y han edificado su historia y así, este día, reiteramos la paráfrasis favorita de Tomás Jesús Yarrington Ruvalcaba. Adjudicada a José Zorrilla, autor de Don Juan Tenorio, a muchos especialistas advierten la dudosa autoría.
Pero es secundario, por la fuerza de las palabras, cuando expresaba: “Los muertos que vos matáis gozan de buena salud”.
Fue mi jefe directo cuatro años más o menos y yo no niego ni a mis mentores, y menos a mis amigos aún contadas las diferencias.
Yo no regreso al panal, solamente cuando tienen miel (como ahora sucede con EHF), pero esa es otra fábula. De mis relaciones con los gobernadores podría escribir una “biblia”, que no tardar y que sea antes, que la memoria me traicione.
Ese es el contexto en el que comparto las siguientes palabras de TYR.
“Llevo seis años preso, en soledad... Pero me he acercado a Dios y busco su perdón... Ya no soy el mismo... He cambiado para bien... Me disculpo con el pueblo de EUA, con la gente en México, con mi familia...”.
Así abrió su corazón en los juzgados de Estados Unidos, con un mensaje claro, rumbo a la libertad, un tema que a muchos le colmará de alegría y a otros tantos mortificará, porque en sus cuentas bancarias le hacen jubilado.
Así este asunto, en un tiempo donde vamos volando al proceso electoral del 2024, donde lo que prevalece, no obstante, los nombres y filtraciones son una nebulosa llena de encriptaciones.
De Yarrington, él está fuera de este contexto, no obstante les comparto que me llamó la atención (que no sé en Tamaulipas, que de ello hablen sus inquisidores). En Matamoros, en las colonias populares, aún es recordado por el buen alcalde que fue.
Claro, han pasado generaciones, pero en la historia de boca en boca, le recuerdan, mucho, poco, no sé por qué no se ha medido; sin embargo, la huella de su gobierno en esta parte norestense es ubicado entre efectos y mitos.
Quiénes le extrañan ahí, ubican como su mayor obra local al Festival Internacional de Otoño, que hoy de su generación comanda Jorge Alberto Pérez González.
De cuándo queda resuelto todo, no apostaría, porque Estados Unidos es una esponja, pero si es para abril o para mayo, los amigos de verdad le esperan darle un abrazo a quien, en mi caso, no soportaba, luego... acepté como instructor de política y cosas peores.
Vamos a ver que el tiempo pasa, pero, nada sucede en la víspera.
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