Diplomacia
Sección Editorial
- Por: Luis Sampayo
- 12 Agosto 2024, 00:19
Dícese que la diplomacia, según la Real Academia de la Lengua, es parte de la política que se ocupa en la atención de los intereses y diferentes tipos de relaciones, desde las personales, hasta las institucionales y en este ámbito, principalmente a las relaciones internacionales entre comunidades y países y en este sentido, un buen gobernante, de cualquier nivel deberá siempre recurrir a la diplomacia antes que a la guerra.
En las personas la diplomacia es el arte de construir y mantener relaciones y llevar a cabo negociaciones con personas con tacto y respeto mutuo.
Dado el vergonzoso acto, espontáneo y altamente explosivo registrado la pasada semana entre dos diplomáticos de alto rango que representan a nuestro País y en donde ambos se mandaron mutuamente a “la Shangai-da” en una serie de toma y daca de vituperios y ofensas digna de las mejores funciones de la Arena Coliseo, hemos de ocupar el espacio de esta columna, para dedicarla a la diplomacia.
Y es que, este episodio en particular, es indigno de una figura diplomática pues revela el bajo nivel en el criterio de sus acciones en referencia a su “digno” cargo, este episodio deja ver también, la cada vez más degradada, o quizás degenerada estatura en la selección de nuestros representantes a nivel general, como a través del servicio exterior mexicano.
Y es que el notable prestigio en el sector que en algún tiempo era distinguido internacionalmente por el alto grado de profesionalismo en el ejercicio diplomático, equidad en el respeto, serenidad en la toma de decisiones y ecuanimidad en los juicios de sus posturas, ha sucumbido al arbitrio del libre albedrío de quienes, por conveniencias, compadrazgos o amiguismos, en sus manos eligen a los no muy dignos y diligentes funcionarios que deben representar dignamente al país y a todos los mexicanos evidentemente, en el ámbito diplomático internacional.
Expuesto quedó pues en un video irrefutable y fuera de todos los “montajes” posibles a favor de la diplomacia, la deleznable actitud interna de uno de los funcionarios mexicanos consulares en Shangai, que de entrada, sus guaraches y camiseta supone una clara violación en los códigos de vestimenta para el digno ejercicio y estatura propia de sus funciones, despotrica e insulta a diestra y siniestra, amenazando y ofendiendo verbalmente a cuanta persona se encontraba a su paso.
El origen de esta actitud violenta, es precisamente fundamental de analizar en el contexto estricto de lo consignado en el video y tras un leve análisis de la cinta y las declaraciones posteriores del ahora, señalado funcionario, se desprende un conflicto de poder jerárquico con un par de empleados consulares que escaló a las mentadas de madre en contra del propio cónsul general de México en Shangai.
Así pues, estimado lector, esto es apenas un pequeño reflejo de la pobreza mental de algunos funcionarios de gobierno que, elegidos por elección, imposición o dedazo, se perciben “elevados” por la enfermedad del poder y a la postre, creen sentirse intocables ante las honorables normas de dignidad, propiedad, justicia y equidad que reclama la sociedad de sus representantes.
Por ello, la buena diplomacia, la que respeta, tiene tacto, visión y objetivos claros en beneficio de todos, esa que busca en la política crear las vías y andar los caminos de la conciliación para evitar el combate, la confrontación y el conflicto, es la herramienta más adecuada para salvar las diversas problemáticas que nos atañen a todos los mexicanos en todos los niveles de gobierno.
A nivel local, ahí tenemos como ejemplo que sí se puede utilizar “la buena diplomacia” es en el eternizado conflicto entre los poderes de gobierno que desde hace tres años persiste por el poder absoluto para el ejercicio sin contra pesos de sus respectivas funciones y que lamentablemente, tanto daño ha causado en el adecuado funcionamiento de la entidad.
Por hoy es todo, medite lo que le platico Estimado lector, esperando que este nuevo amanecer se traduzca en un reflexivo día, por favor cuídese y ame a los suyos; me despido honrando la memoria de mi querido hermano Joel Sampayo Climaco, con sus hermosas palabras: “Tengan la bondad de ser felices”, nos leemos Dios mediante aquí el próximo lunes.
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