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Opinión

Ricos más ricos y pobres más pobres: así es la actual polarización económica

Inteligencia Financiera Global

La brecha entre los ricos y los pobres ha alcanzado niveles históricos. Esta divergencia no solo está erosionando la cohesión social, sino que también está sembrando una posible crisis económica, según el más reciente análisis de Michael Hartnett, director gerente y estratega jefe de inversiones en BofA Global Research.

En su informe “Flow Show”, Hartnett expone que, mientras la clase baja y media en Estados Unidos enfrentan una realidad económica cada vez más precaria, con tasas de ahorro históricamente bajas y deudas en tarjetas de crédito en máximos sin precedentes; los más ricos nunca han estado mejor. La evidencia de esta afirmación se refleja en un estudio de UBS que revela que menos de 30 personas controlan una fortuna combinada de $3 billones de dólares, más que los $2.4 billones distribuidos entre los 1.5 mil millones de adultos más pobres del mundo (gráfica más abajo).

Este abismo entre los estratos socioeconómicos más altos y bajos es alarmante, ya que mientras corporaciones de élite como Ferrari alcanzan máximos históricos, empresas orientadas al consumidor medio como Dollar General caen a mínimos de seis años. Este fenómeno no es exclusivo de los EU, sino que tiene eco en la dinámica global, donde una pequeña fracción de la población sigue concentrando una porción cada vez mayor de la riqueza mundial. 

La pregunta es: ¿qué está provocando esta fragmentación económica? Hartnett tiene una respuesta clara: la política monetaria expansiva, especialmente en la última década, ha sido el principal motor de esta desigualdad.

El análisis de Hartnett responsabiliza a la Reserva Federal de exacerbar esta polarización económica, pues la política de tasas de interés bajas, combinada con programas de estímulo masivos como el Quantitative Easing (QE), ha impulsado los mercados financieros, beneficiando desproporcionadamente a los inversores más ricos. Mientras tanto, los ciudadanos promedio han quedado atrapados en un ciclo de inflación creciente y salarios estancados.

Por otro lado, el analista destaca que los mercados de divisas están enviando señales alarmantes, esto debido a que las posiciones largas en yenes se encuentran en máximos de tres años y medio, mientras que las posiciones largas en euros también han subido considerablemente. Esto a pesar de que el Banco de Japón mantiene una tasa de política del 0.25% y de la disfunción política en países clave de la Eurozona, como Francia y Alemania.

La situación es aún más grave en Alemania, donde el Producto Interno Bruto no ha crecido desde 2018, y empresas emblemáticas como Volkswagen están cerrando fábricas por primera vez desde 1938. La única razón por la que muchos inversores están apostando contra el dólar es la expectativa de que la Reserva Federal comenzará a recortar agresivamente las tasas de interés en el corto plazo, lo que podría abrir la puerta a una nueva era de estímulos monetarios y, eventualmente, inflación descontrolada.

En cuanto a sus proyecciones a corto y mediano plazo, Hartnett recomienda invertir en oro y acciones defensivas como oportunidades de compra, ya que estos serán los activos más atractivos en la segunda mitad del año, a medida que la economía se desacelera.

El análisis de BofA no debe sorprendernos, pues el sistema financiero actual, basado en monedas fiat, está diseñado para beneficiar a aquellos que poseen activos, mientras que aquellos que dependen de ingresos en moneda fiduciaria, como el peso, el dólar o el euro, enfrentan una constante pérdida de poder adquisitivo. 

En un entorno donde la inflación sigue erosionando el valor del dinero, los ricos, al tener acceso a activos que se valorizan con la inflación, continúan acumulando riqueza. Mientras tanto, los que más sufren las consecuencias son los que cuyas ganancias dependen de monedas que se devalúan. Esta divergencia es la esencia de la polarización económica que Hartnett describe, y no muestra señales de revertirse en el corto plazo. 

Como hemos comentado en ocasiones anteriores en Top Money Report, la clave para los inversionistas será convertir rápidamente el dinero fiat en activos que protejan contra la inflación, desde oro y acciones, hasta inversiones no convencionales como relojes de lujo o criptomonedas. La aceleración de esta polarización no solo es inevitable, sino que podría intensificarse en los próximos años, a medida que las políticas monetarias sigan beneficiando a los poseedores de activos a expensas de aquellos atrapados en el sistema fiduciario.

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