Ron_Rolheiser_1x1_269c01155c
Opinión

Melancolía y el alma

Espiritualidad

Normalmente, a nadie le gusta sentirse triste, pesado o deprimido. Generalmente, preferimos la luz del sol a la oscuridad, la alegría a la melancolía. Por eso, tendemos a hacer todo lo posible para distraernos de la melancolía, para mantener a raya la pesadez y la tristeza. Generalmente, huimos de los sentimientos que nos entristecen o nos asustan. 

La mayoría de las veces, consideramos la melancolía y sus consecuencias (tristeza, melancolía, nostalgia, soledad, depresión, inquietud, arrepentimiento, sentimientos de pérdida, intuición de nuestra propia mortalidad, miedo a los rincones oscuros de nuestra mente y pesadez del alma) como algo negativo. Sin embargo, estos sentimientos tienen un lado positivo y están destinados a ayudarnos a conectar con nuestra propia alma. 

En pocas palabras, nos ayudan a conectar con aquellas partes de nuestra alma a las que normalmente no prestamos atención. Nuestras almas son profundas y complejas, y tratar de escucharlas implica escucharlas en cada estado de ánimo de nuestra vida, incluyendo, y a veces especialmente, cuando nos sentimos tristes e indispuestos. En la tristeza y la melancolía, el alma nos dice cosas a las que normalmente somos sordos. Por lo tanto, es importante examinar el lado positivo de la melancolía. 

Desafortunadamente, hoy en día es común ver la tristeza y la pesadez del alma como una pérdida de salud, de vitalidad o una condición insalubre; sin embargo, normalmente no es así. Por ejemplo, en muchos libros de medicina medievales y renacentistas, la melancolía se consideraba un regalo para el alma, algo que uno debía experimentar en momentos clave de la vida para alcanzar mayor profundidad y empatía. Esto, por supuesto, no se refiere a la depresión clínica, que es una verdadera pérdida de salud, sino a muchas otras depresiones que nos arrastran hacia adentro y hacia abajo. 

¿Por qué necesitamos pasar por ciertos tipos de melancolía para alcanzar una madurez más profunda? 

Thomas Moore, quien escribe con profunda perspicacia sobre cómo debemos escuchar con mayor atención los impulsos y necesidades de nuestra alma, ofrece esta perspectiva: «La depresión nos otorga cualidades valiosas que necesitamos para ser plenamente humanos. Nos da peso cuando nos tomamos la vida con demasiada ligereza. Nos ofrece cierta seriedad. También nos envejece para que crezcamos adecuadamente y no pretendamos ser más jóvenes de lo que somos. Nos hace madurar y nos da la amplitud de emociones y carácter humanos que necesitamos para afrontar la seriedad de la vida. En las imágenes clásicas del Renacimiento que se encuentran en antiguos textos médicos y colecciones de remedios, la depresión se representa como una persona mayor con un sombrero de ala ancha, en la sombra, sosteniendo la cabeza entre las manos». 

Milan Kundera, el escritor checo, en su novela clásica La Insoportable Levedad del Ser, hace eco de lo que dice Moore. Su heroína, Teresa, lucha por estar en paz con la vida cuando no es pesada, cuando hay demasiada ligereza, sol y frivolidad, cuando la vida carece de la ansiedad que sugiere oscuridad y mortalidad. Por ello, siempre siente la necesidad de seriedad, de cierta pesadez que indique que la vida es más que el simple florecimiento de la alegría y la comodidad. Para ella, la ligereza equivale a superficialidad. 

En muchas culturas, y de hecho en todas las grandes religiones del mundo, los períodos de melancolía y tristeza se consideran caminos necesarios que uno debe recorrer para profundizar la comprensión y alcanzar la empatía. De hecho, ¿no es eso parte de la esencia misma de vivir el Misterio Pascual en el cristianismo? El mismo Jesús, al prepararse para el sacrificio supremo por amor, tuvo que aceptar dolorosamente que no había camino hacia la alegría del Domingo de Pascua que no implicara la pesadez del Viernes Santo. ¿Cómo puede ser bueno el Viernes Santo si la melancolía, la tristeza y la pesadez del alma son señales de que algo anda mal en nosotros? 

Entonces, ¿cómo podemos afrontar los períodos de tristeza y pesadez en nuestras vidas? ¿Cómo podemos lidiar con la melancolía y sus consecuencias? 

En primer lugar, es importante ver la melancolía (sea cual sea su forma) como algo normal y potencialmente saludable en nuestras vidas. La pesadez del alma no es necesariamente una indicación de que algo anda mal en nosotros. Más bien, la mayoría de las veces, es el alma misma clamando por nuestra atención, pidiendo ser escuchada, intentando arraigarnos de una manera más profunda y tratando, como dice Moore, de profundizarnos adecuadamente. 

Sin embargo, para que esto suceda, necesitamos resistir dos tentaciones opuestas: distraernos de la tristeza o dejarnos llevar por ella. Necesitamos darle a la melancolía el valor que le corresponde, pero solo eso. ¿Cómo lo hacemos? James Hillman nos da este consejo: ¿qué hacer con la pesadez del alma? Ponla en una maleta y llévala contigo. Manténla cerca, pero contenida; asegúrate de que esté disponible, mas no dejes que te domine. 

Estas palabras seculares pueden ayudarnos a comprender mejor el desafío de Jesús: Si quieres ser mi discípulo, toma tu cruz cada día y sígueme. 

Ron Rolheiser. OMI

www.ronrolheiser.com 

 

más del autor

La persona de Jesús y el misterio de Cristo

Fui criado como católico romano y, en esencia, absorbí la época religiosa...

Expulsar demonios mediante el silencio

Hay un incidente en los Evangelios en el que los discípulos de Jesús no...

Noches oscuras del corazón

Hay momentos en que nuestro mundo se desmorona. ¿Quién no ha tenido esa...

El amor y la fe como fidelidad

Hace varios años, un amigo mío le hizo una propuesta de matrimonio muy...

últimas opiniones

Los divide Cuauhtémoc Blanco

El gran tema en el Congreso Federal ayer fue la votación sobre el desafuero...

¿Por qué es justo que la autoridad pública clausure un negocio en Nuevo León por maltrato animal?

Ayer, la Procuraduría de la Secretaría del Medio Ambiente suspendió...

Coordinación municipal, clave para Nuevo León

El domingo tuve la oportunidad de asistir al nombramiento de Héctor García,...

De colores

Con este tiempo, se nos antoja una fresca ensalada con chispazos de...

×