Opinión

Dedazo y partidos paleros, 1954, Parte 1

Sección Editorial

  • Por: Adalberto Madero
  • 31 Julio 2024, 03:34

Las elecciones municipales del 5 de diciembre de 1954, en las que contendieron el Dr. Abelardo Salas Guerra del Partido Acción Nacional (PAN) contra el Dr. José Luis Lozano postulado por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) y tres partidos más, estuvieron plagadas de artimañas por parte del gobierno, que una vez más se sintió amenazado por la persistencia de la oposición y la inconformidad de sus filas que demandaban participación. 

El partido en el poder se vio obligado a recurrir al dedazo, la manipulación del padrón electoral e implementar partidos paleros para tener mayor representación el día de la elección, veámoslo a continuación.
  
En septiembre inició el proceso electoral para elegir los 51 ayuntamientos de Nuevo León. El PAN mediante un comunicado informó que estaba iniciando los trabajos para la elección del domingo 5 de diciembre y que se esforzaría por representar con dignidad a la ciudadanía regiomontana contra los intereses políticos del partido tricolor. 

Acusaba a los gobiernos del estado y del municipio regiomontano de dejar sin presupuesto la labor administrativa de la ciudad y el abandono de los servicios básicos. 
 
El 19 de septiembre se llevó a cabo en Monterrey su convención estatal en el Teatro México, acordándose participar en la elección municipal del 5 de diciembre. La planilla ganadora para contender por la capital regia fue la que encabezó el Dr. Abelardo Salas Guerra; quien había nacido en esta capital en 1914, egresó del Colegio Civil, realizó sus estudios de médico cirujano en la Universidad Nacional Autónoma de México, un posgrado en el extranjero gracias a una beca de la Commonwealth Fund de Nueva York. 

Fue presidente de la Sociedad de Ginecología y Obstetricia de Monterrey, secretario Nacional de la Sociedad Internacional de la Infertilidad Conyugal, así como médico y profesor de Obstetricia en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nuevo León. Afirmó que se había involucrado en la política para rescatar a Monterrey de la corrupción y malos gobiernos del PRI. 

Además, aseguró: “Monterrey bien vale una vida. Y yo ofrezco sonriente la mía sí con ella ganamos la solución a nuestros problemas y sus angustias injustificadas.” En una entrevista, Salas Guerra afirmó que su partido sí tenía un candidato electo democráticamente por una convención ciudadana. “Mientras tanto, el PRI ‘más partido que nunca’ realiza la práctica del dedazo como mecanismo electoral. Ya que el tapado sería desenmascarado en Monterrey, pero seleccionado en la ciudad de México”.
 
Su programa de gobierno proponía resolver los seis problemas estructurales del municipio: la escasez de agua potable, construcción de nuevas escuelas y mejoramiento de las existentes, crear un Plan Regulador Urbano, utilizar los terrenos del Río Santa Catarina para crear unidades deportivas, incrementar el cuerpo de bomberos y el fortalecimiento de los servicios públicos municipales.
 
El 18 de septiembre, el PRI anunció que el 17 de octubre se efectuarían las convenciones municipales en cada cabecera de la entidad. Sin embargo, el 7 de octubre mediante una circular el Comité Directivo Regional informó que se habían modificado las bases de la convocatoria para designar a los candidatos de Monterrey, Cadereyta Jiménez y Montemorelos; en las demás municipalidades se efectuaría en la fecha y hora acordada por la convocatoria. 

El PRI argumento la necesidad de “hacer una nueva auscultación entre los diversos sectores populares y hacer un ajuste de su padrón de simpatizantes”. Tanto la oposición como los periódicos locales comenzaron a difundir que el candidato regio a la alcaldía sería ungido desde la capital de la República. 

A los pocos días esta sospecha se confirmó: el viernes 22 de octubre por la noche, llegó al Aeropuerto del Norte el gobernador José Vivanco, procedente de la ciudad de México tras ocho días de ausencia, llegó sonriente diciendo “traigo buenas noticias para Nuevo León en materia de apoyos federales”, dejando entrever que también traía la autorización para nombrar al próximo candidato por Monterrey  despejando cualquier duda porque al bajar del avión saludaría primeramente a un destacado médico de la localidad, señal inequívoca de que era el elegido para competir por la alcaldía regia: el Dr. José Luis Lozano.

 Lozano también era médico, egresado de la Universidad de Nuevo León con especialidad en Ginecología y Obstetricia, con maestría en Estados Unidos, profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Nuevo León, con una filiación de más de 20 años en el PRI. Fue presidente del Patronato pro-edificio de la Facultad de Medicina en 1947 y alcalde suplente de Monterrey durante la gestión del profesor Eliseo Sánchez de 1940 a 1941.
 
El 24 de octubre, en el Teatro Rex se llevó a cabo la convención municipal para elegir al candidato a la alcaldía regia. Todo el evento fue un singular montaje donde los sectores del partido eligieron como candidato de unidad al Dr. José Luis Lozano y a su planilla. En su discurso, Lozano aceptó el reto de gobernar Monterrey, comentó que abriría las puertas de su despacho y el de la Tesorería para que los regiomontanos se cercioraran del uso del dinero público. 

Planteó que el primer problema a solucionar era la falta de agua, drenaje y escuelas en las colonias populares, así como incrementar las actividades deportivas en las colonias y resolver de manera inmediata las necesidades médico-asistenciales e higiénicas de la población. El 31 de octubre rindió su protesta en el edificio del PRI estatal, ubicado en la esquina de Pino Suárez y Arteaga. 
 
Antes del 31 de octubre, se registraron cuatro planillas de los partidos Liberal Nuevoleonés, Defensores del Proletariado, Socialista Fronterizo, los tres apoyando al Dr. José Luis Lozano y el Comunista Mexicano promoviendo al Dr. Roberto Treviño Garza como candidato a la alcaldía regiomontana. El 1 de noviembre, la Comisión Estatal de Vigilancia Electoral (CEVE) informó que el partido Comunista carecía de registro, quedando invalidada su participación, el PRI participaría en los 51 municipios, mientras que el PAN sólo contendría en tres:  Monterrey, Galeana y Mier y Noriega. 
 
El 1 de noviembre arrancaron oficialmente las campañas electorales. El Dr. Abelardo Salas Guerra inició de forma dinámica su labor propagandista bajo el lema “A Jalar con el PAN por Monterrey”, visitando diversos barrios de la localidad. Sin embargo, en estos primeros días, la atención se concentró en una polémica desatada al interior de la CEVE iniciada por el Lic. Ricardo Margaín Zozaya, representante del PAN quien expresó su inconformidad por el registro de los llamados partidos paleros, los cuales carecían de personalidad jurídica. 

En un diario local se destacó, al respecto: “el fin de estos partidos registrados al vapor y al último minuto del cierre de registros, era el de hacerle mayoría a los representantes del PAN en las casillas para el día de la elección. Estas agrupaciones solo aparecían cuando había elecciones a la vista y que sólo buscaban hacerle la pala al candidato del PRI.”.
 
Las condiciones estaban dadas para una contienda electoral en la que el PAN recurriría a todos los recursos legales para defender el voto y denunciar las ilegalidades cometidas por el PRI y sus aliados.

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