Cuando no tenemos una estabilidad mental y atencional, es fácil pasar por alto momentos de transformadora riqueza.
En una de las meditaciones guiadas que realizo regularmente, el maestro menciona en el proceso de la explicación que la mente tolera mal la frustración, y cuánta razón tiene en ello.
Es totalmente natural que la mente solo quiera vivir experiencias agradables y placenteras, las busca, las persigue y se desgasta por querer armar toda una estructura (falsa e ilusoria) de que todo debe de ir “bien” siempre.
Es así que en el momento que las cosas, las personas, las circunstancias, la salud, la economía, no son como la mente quiere, se resiste mediante cavilaciones o lamentaciones o se escapa refugiándose en un imaginado mundo ideal, viviendo en una noria de estancamiento y falta de desarrollo.
Sin embargo, si nosotros decidimos ver de frente, estabilizando nuestra atención, regulando nuestras emociones, sin dejarnos llevar por pensamientos de “¿Por qué a mí?”, “debería”, otras cogniciones de resistencia inútil, podremos ver increíbles oportunidades de cambio y crecimiento, así que, aunque no lo parezca, podemos aprovechar hasta la peor de las experiencias para beneficiarnos.
Hace un par de días llegué de Perú con un grupo de amigos, y durante el tour nos compartió el guía dos situaciones que pueden explicar claramente cómo hasta lo menos imaginable puede ser aprovechado, al igual que una experiencia desagradable, desfavorable o incluso catastrófica puede sernos útil, les comparto las anécdotas.
El guía mencionó que hace varias décadas el país estaba hundido en crisis económica, inseguridad, deuda externa y no encontraban la forma de recuperarse.
Pero entonces se dieron cuenta de que en una isla peruana llamada Isla Ballestas, existía en abundancia un ave llamada guanay, que generaba guano, producto de su digestión, y que era alto en fósforo y nitrógeno.
Se trata de un fertilizante de excelentes condiciones, ya que además de nutrir a las plantas directamente, transforma el mismo suelo en donde se deposita volviéndolo un suelo con una microflora de gran valor.
De ahí que se considera este guano de ave el mejor fertilizante del mundo; lo cual aprovechó el gobierno para venderlo y sanar la economía de todo un país ¡con el estiércol de un ave.
Y la segunda anécdota que nos compartió el guía, fue sobre los coatíes que eran una plaga en las plantaciones de café, donde estos pequeños mamíferos comían los granos más sanos de las plantas dañando su producción, pero, posteriormente, los cafetaleros se dieron cuenta de que el excremento de estos animales contenía la pulpa de los granos y decidieron usar el excremento del coatí para fabricar café de coatí.
Ya que el sistema digestivo de estos animales solo absorbe la cáscara y no la pulpa o el grano y además sus jugos gástricos le dan a este producto natural un sabor especial y delicioso, al grado de considerarse hoy en día como el café de mayor calidad del mundo.
Dos claros ejemplos de que hasta lo menos agradable puede sernos de gran utilidad si sabemos usarlo correctamente. Hasta el siguiente momento presente.