Ayer, en la comida posterior al evento de toma de protesta de la nueva directiva de la CAINTRA, Nuevo León, Claudia Sheinbaum abordó el tema de los aranceles que ya entraron en vigor sobre el acero y el aluminio mexicanos.
En especial, Máximo Vedoya, CEO de Ternium, expresó la preocupación del sector metalúrgico en Nuevo León. Reducir la producción, que en su mayor porcentaje se exporta a EUA, y hacer recortes de personal cada vez más recurrentes en las empresas del ramo son apenas el principio de lo que se avizora como un largo invierno.
El respaldo presidencial no le resulta suficiente al sector. Menos aún, porque Donald Trump acaba de advertir a la Reserva Federal de EUA que más le vale recortar las tasas de interés para compensar los terribles efectos económicos negativos, ya que los aranceles del 25% van para México y Canadá de forma generalizada a partir del 2 de abril. Mejor prueba de su empecinamiento no podremos hallar. Es decir, no hay marcha atrás.
Oficialmente, Marcelo Ebrard no asistió al evento de la CAINTRA Nuevo León porque viajó a Washington por cuarta ocasión para reunirse con el secretario de Comercio Howard Lutnick.
Sin embargo, al margen de que el mismo equipo de Ebrard señala que el secretario no está en los mejores términos con empresarios de Nuevo León porque le regatearon su apoyo en su intentona pasada de quedarse con la candidatura presidencial de Morena, lo cierto es que la propia mandataria ha decidido que Altagracia Gómez supla funciones que, hasta hace algunas semanas, correspondían a la Secretaría de Economía. ¿Redistribución de funciones o preferencias afectivas?
Y en el caso de las negociaciones de Ebrard con Lutnick, el panorama no pinta nada bien. El empeño de Trump sobre los aranceles es más sólido que el muro que pretende construir en la frontera con México.
Quizá es por eso que, en este viaje a Washington, Ebrard vaya a tener hoy un encuentro fuera de agenda, y sin avisos públicos a la prensa, con Robert Lighthizer, el mayor especialista en imposición de aranceles en EUA.
Tanto, que la idea original de imponer el impuesto a las exportaciones de acero y aluminio mexicano desde 2018 fue de Lighthizer, no de Trump. Y casi nadie sabe (la ignorancia es muy grave en estos asuntos bilaterales tan candentes como los actuales) que quien manda realmente en esa secretaría tan hermética y misteriosa como lo es la de Comercio de EUA no es Howard Lutnick, sino el káiser Robert Lighthizer.
“Con la peor cara de Trump hemos topado, Presidenta”, le soltó a bocajarro el directivo de una empresa metalúrgica en Nuevo León durante la comida de la CAINTRA. Sheinbaum levantó las cejas como única respuesta.