El próximo informe de Samuel García no es un recuento de hechos, sino una ratificación de futuro. Por ejemplo, en el año 2026 ya no habrá parálisis vehicular en Constitución-Morones Prieto. Así como lo lees. Se habrá reducido tanto el tráfico que llegaremos más pronto a cumplir nuestras citas y más temprano a nuestro hogar.
No son solamente buenos deseos. No es una simple promesa. Será un hecho consumado. ¿Qué nos corresponde hacer para que así sea? No poner trabas. O, dicho de otro modo, no estorbar.
¿Cómo le hacemos para no estorbar? Primero, no poniendo obstáculos para concluir este megaproyecto. Se construirá un viaducto, un segundo piso con 12 carriles en ambos sentidos en vez de los actuales 6; habrá carriles de carga, de alta ocupación y de transporte público.
Gracias a estas mejoras viales, tendremos menos contaminación; se adicionarán 24 hectáreas de áreas verdes con 13,500 nuevos árboles y un viaducto de 16.6 kilómetros, con carril exclusivo para tránsito pesado, que restrinja este tipo de vehículos en la Avenida Morones Prieto.
Sin embargo, por insólito que parezca, hay políticos de la vieja guardia que se oponen a este megaproyecto. Por querer darle en la torre a Samuel García, nos quieren dar en la torre a los nuevoleoneses.
Estos políticos transas y rapaces (incluyendo algunos de Morena que son diputados locales) no quieren que llegues más temprano a ver a tus hijos, ni que dejes de esperar horas en el tráfico, porque sería como reconocerle méritos a la gestión de Samuel García. Y eso no le conviene a sus intereses egoístas.
Por eso, la vieja guardia se inventa a sus activistas de mentiras, a sus ecologistas fake, para bloquear este megaproyecto. Pondrán mil pretextos, mil excusas para que esta obra, que ya es un hecho, se caiga, se aplace, se posponga o se incumpla.
¿Te pondrás del lado de estos retrógradas? Seguramente no.
Y te explicaré por qué no. Los grandes planeadores urbanos tienen una palabra en inglés que debes conocer: backcasting. En español, significa que toda gran obra pública hace realidad un futuro imaginado. Pero antes, tienes que imaginar ese futuro y planear qué hacer para llegar a este feliz resultado.
En el caso del Viaducto de Samuel, ya está listo el backcasting; ya está en proceso lo que debe ocurrir para llegar a ese feliz resultado. Se trata de comenzar definiendo el objetivo y sólo después considerar los cursos de acción para producir el resultado deseado, sin dejarse consumir por la ventisca de las dificultades que surjan durante la planificación.
Así que no dejemos que nos saboteen este megaproyecto; no dejemos que lo posponga o lo cancele un grupúsculo de grillos nefastos. Cuando ellos tuvieron el poder, no le pusieron un solo metro al Metro, acabaron con la fluidez del tráfico del Área Metropolitana de Monterrey y se robaron todo el dinero que estaba etiquetado para obras viales. Fueron miles de millones de pesos hurtados.
Ahora se ponen muy quisquillosos y le ponen peros a las grandes obras que mejorarán el paisaje urbano del AMM.
Lo suyo es repartirse el botín de los próximos cargos públicos en la siguiente elección. No piensan en otra cosa. Por eso son unos sinvergüenzas canallas. A esa cleptocracia no la queremos ni la necesitamos en Nuevo León.