Ayer circuló en redes sociales, sobre todo en X (antes Twitter), la versión de que el sistema de la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León había sido hackeado. No haré de este artículo una interpretación política antes de que se revelen todos los pormenores.
Según esta información no oficial, los hackers que se hacen llamar Scorpion extrajeron 960 carpetas de investigación y 13 mil archivos. En la tarde de ayer me enteré del hecho y comencé a indagar periodísticamente sus implicaciones.
No ha sido esta la única vez que un órgano oficial ha sido hackeado. Ocurrió localmente con el Poder Judicial, sin que se haya determinado cuál fue realmente la magnitud del daño. Seguimos con las dudas, que aún no se despejan.
Debemos precisar que lo primero que se hace en estos casos es no politizarlos, porque son temas sensibles; deben tratarse con prudencia y sin especulaciones gratuitas. Esto que digo es casi una advertencia para los oportunistas y logrones del caos.
Conozco este tipo de operaciones y, en algunos aspectos, la información difundida no concuerda con lo que, de ordinario, es un hackeo dañino al extremo de deshacer el sistema del órgano afectado.
¿A qué me refiero? A que, si bien se detectaron ciertas señales de intrusión y actividad sospechosa, por lo visto, los sistemas de seguridad de la Fiscalía para identificar accesos no autorizados no determinaron que el incidente fuera de suma gravedad.
Como todo sistema de tal complejidad, existen vulnerabilidades que, de acuerdo con el comunicado oficial de la Fiscalía, se corrigieron y se mitigó el daño que se ha estado monitoreando desde el pasado marzo.
Entiendo que ya se avanza en las indagatorias y se han girado órdenes de aprehensión para presentar a los responsables ante un juez de control. Qué bueno que se dio con los presuntos.
La información sustraída no pone en riesgos los procesos jurídicos en curso.
¿Entonces, qué pretendían hacer los hackers si no era solo adueñarse de información oficial y confidencial? Viralizar un escándalo artificial. Así de simple. Y así de peligroso.
De cualquier forma, habrá que analizar el caso y llegar a la raíz del incidente, que pudo llegar a ser un problema mayúsculo. No lo fue, pero habrá que estar prevenidos. Luego analizaremos más a fondo las repercusiones del incidente.