Cerca de la mitad de la población en México presenta niveles elevados de colesterol, un dato alarmante si consideramos sus efectos en la salud.
El colesterol es una sustancia cerosa, similar a la grasa, presente en todas las células del cuerpo. Aunque el hígado produce colesterol y es fundamental para la producción de hormonas, vitamina D y la digestión de los alimentos, su exceso puede generar problemas de salud.
El colesterol se clasifica en dos tipos: El de baja densidad (LDL o “colesterol malo”) y el de alta densidad (HDL o “colesterol bueno”). El LDL en exceso se combina con otras sustancias en la sangre, formando placas en las arterias que dificultan el flujo sanguíneo y pueden provocar arteriosclerosis.
En contraste, el HDL transporta el colesterol desde otras partes del cuerpo al hígado para su eliminación. Para aumentar el colesterol bueno, se recomienda consumir alimentos como nueces, aguacate, aceite de oliva y salmón.
También existen plantas lipotrópicas, es decir plantas que disminuyen o aceleran la remoción de grasas en el hígado.
La combinación de hojas de olivo (Olea europaea) con hierba del sapo (Eryngium heterophyllum Engelm) ayuda a disminuir los niveles de colesterol y a limpiar arterias y venas. Estas plantas pueden consumirse en infusión o extracto sin efectos secundarios.
Los triglicéridos, por otro lado, son un tipo de grasa derivada de los ácidos grasos que absorbemos de los alimentos y que el hígado también produce. El cuerpo convierte en triglicéridos todas las calorías no utilizadas, por lo que un consumo excesivo de calorías sin su correspondiente gasto energético eleva sus niveles.
Un alto nivel de triglicéridos aumenta el riesgo de enfermedades del corazón, endurecimiento de arterias y pancreatitis.
El Yumel, una corteza originaria de Yucatán, es un potente hipolipemiante, disminuye los lípidos en sangre. Es un eficaz apoyo para reducir los triglicéridos. Combinado con la Hierba del Sapo, es de gran apoyo para reducir la acumulación de grasa en el organismo.
El omega 3 también desempeña un papel clave en el control del colesterol y los triglicéridos, así como en la prevención de enfermedades cardiovasculares y la mejora de la función cognitiva.
Otro antioxidante valioso es el Resveratrol, presente en la cáscara de las uvas negras, que reduce la oxidación del colesterol malo, evitando la formación de ateromas y el endurecimiento arterial.
El Resveratrol, además de regular los lípidos en sangre, favorece la termogénesis del tejido adiposo, facilitando la pérdida de peso y reduciendo el riesgo de trastornos metabólicos como hipertensión, diabetes y obesidad.
Otras plantas benéficas incluyen el Comino Negro y el Ajo Negro, mejorando el perfil de lípidos en sangre.
La Berberina también ha demostrado ser efectiva en la regulación de triglicéridos al mejorar la lipólisis basal en las células adiposas.