Claudia Sheinbaum, primera mujer presidenta de México: ¿esperanza para los sindicatos en México? 

Entre profes y políticas 

El pasado uno de octubre tomó posesión la Doctora Claudia Sheinbaum Pardo como primera mandataria de la nación y Jefa Suprema de las Fuerzas Armadas de México. 

Doscientos años tuvieron que pasar para que este evento histórico llegara a ser realidad. Lo decimos a diario en las aulas: “Este siglo XXI es de la mujer”. Las damas han resurgido de espacios ocultos para demostrar su valor y coraje, además de su inteligencia superior, para solucionar y dirigir a una familia; y sale a la palestra para mandatar a una gran población con más de ciento treinta millones de habitantes: Los

Estados Unidos Mexicanos. ¡Puf, qué orgullo y satisfacción!

Sin embargo, es la sucesora del otrora presidente de México, AMLO; quien, según él y sus acérrimos amlovers, juran y perjuran que construyeron “el primer piso de la cuarta transformación”. Luego entonces, la doctora Sheinbaum Pardo viene a completar el segundo piso de dicha transformación. Tiene el beneficio de la duda. 

Si para Andrés Manuel y la presidenta Sheinbaum transformar a México es significativo y referente a eliminar la corrupción en todos los sentidos y en todos los espacios administrativos y operativos del aparato del Estado Mexicano, entonces cabe hacerles una pregunta: ¿AMLO lo logró? La nueva señora Presidenta ¿estará dispuesta a enfrentar este cáncer que nos aqueja desde hace muchos siglos atrás?

Empecemos con algunos singulares ejemplos: Andrés Manuel López Obrador ofreció en su Reforma Constitucional Laboral, en materia sindical, una nueva forma de vida eleccionaria. En ella, sin menoscabo alguno, se efectuarán, incluso, con testigos de calidad; es decir, con personal del Instituto Nacional Electoral. Él ordena por ley que las renovaciones de dirigencias nacionales y seccionales se practiquen con la participación de todos y cada uno de sus miembros activos. Dijo más o menos así en su “mañanera”: “Me sentaré a comer palomitas y veré cómo se dan los cambios sindicales en PEMEX y en el SNTE”. 

Ahora bien, ¿cuál es el resultado en PEMEX? Carlos Romero Deschamps salió de la dirigencia sindical y “se jubiló con todos los honores” (y prestacionales también). Nada relevante pasó.

¿Y en el SNTE? No solo no ha sido sustituido el actual secretario general, Alfonso Cepeda Salas, sino que “logró” gracias a la “magia de la 4T” de AMLO, una Senaduría por la vía Plurinominal. Ya veremos qué pasa en febrero del 2025, donde se presume la renovación de la dirigencia nacional del SNTE. ¿Cepeda Salas perfilará a una mujer para complacer a la Presidenta de la República? (las nuevoleonesas Yolanda Martínez Mendoza y Mirna Isabel Saldívar Paz, seguidas por la hidrocálida Silvia Luna Rodríguez, se están frotando las manos) o ¿acaso el secretario de Finanzas, “Pepe” García Mora, moverá sus piezas para conquistar la tan ansiada secretaría general? Elba Esther Gordillo Morales, “La Maestra” y sus huestes, ¿se quedarán con los brazos cruzados? ¿Qué papel jugará Claudia Sheinbaum en esta sucesión sindical? ¿Ha habido o no ha habido corrupción en el teje y maneje de estos actos sindicales? La nueva Presidenta tiene la voz al respecto.

En lo referente a la Federación Nacional de Sindicatos Independientes (FNSI), nos congratula que la Suprema Corte de Justicia de la Nación haya aceptado a trámite la solicitud del ejercicio de la Facultad de Atracción promovida por el quejoso licenciado Manuel Aguilar Goytia, cuyo expediente es 1623/2024. Este acuerdo se signó el 20 de septiembre del año en curso. La SCJN tendrá en resolución inapelable; habrá qué decidir en aras de una justicia laboral en materia de representación sindical. La COPARMEX está atenta a los resultados; toda vez que pronto cambiaría la comitiva estatal de cuenta. ¿O seguirá la misma? La verdad como es, se tenía que decir y se dijo. Hasta la próxima.