Terminan las campañas después de tres largos meses para candidaturas federales y dos meses para las locales, el resultado de ellas lo sabremos el próximo 3 de junio; sin embargo, las campañas terminan pero los problemas siguen.
Las campañas pueden ser molestas para algunas personas pero sin duda son necesarias para que quienes aspiran a cargos de elección puedan conectar con la gente y sus circunstancias, las necesidades, los retos de las ciudades, los problemas que afectan la calidad de vida de la población y, lo mejor, conocer la opinión de los políticos que tiene la ciudadanía.
El examen final se cuenta con votos, hay quienes trabajan duro y ganan, otros que trabajan y no lo logran, otros más que no trabajan y llegan. Partidos que se reinventan, otros que se disfrazan, los que surgen y los que prefiere la gente.
Toda un festín de promesas que en muchos casos no habrán de cumplirse y luego resulta que nadie se explica por qué la gente no sale a votar y se espantan por las cifras de abstencionismo tan alto que tenemos en México.
La invitación a votar debe ser permanente con acciones y campañas de concientización sobre la importancia de asistir a votar, lo mismo debería de hacerse con los políticos que no cumplen con algo muy simple, la aplicación de la ley, para con ello irnos encaminando hacia una democracia más participativa.
Independientemente del resultado que arroje la votación del próximo 2 de junio, es imperante exigir a las autoridades de todos los niveles de gobierno resultados para tener el país, el estado, el municipio, que merecemos.
Seguimos en la lucha.