Desde hacía mucho tiempo atrás hemos escrito que los planteles educativos de México están muy por debajo de los estándares internacionales aceptables. La calidad de las escuelas, en lo que a edificios y espacios se refiere, está muy añeja y obsoleta.
En nuestro glorioso estado de Nuevo León, donde un día fue pionero del ramo educativo nacional hoy, la distancia es un poco larga para tal honroso lugar. La economía del norte de México fue impulsada por empresarios con talento progresista y humanitario. Don Isaac Garza fue uno de ellos. La creación de fábricas de alto impacto económico y social atrajo la mano de obra de los estados vecinos: Coahuila, Zacatecas, Tamaulipas, San Luis Potosí, Durango, etcétera. Monterrey llegó a ser “La Capital Industrial de México”.
Basta con citar que el “Barrio San Luisito” fue llamado así por el asentamiento de familias procedentes de San Luis Potosí; la mía era una de ellas. Para nuestros ancestros era un sueño poder trabajar en empresas de alto prestigio tales como La Fundidora, Cervecería Cuauhtémoc, Vidriera, Cementos Mexicanos, etc.
Gozar de las prestaciones que ofrecían en aquel entonces era simple y sencillamente “vivir en el paraíso” en comparación con el trabajo del campo, que por cierto hasta la fecha sigue siendo arduo, incomprendido y hasta explotado por la delincuencia organizada.
Recuerdo con gusto y nostalgia cuando en los años 60, por primera vez, visité un plantel educativo construido para los hijos de los trabajadores de “La Fundidora”: La escuela primaria Adolfo Prieto; estaba ubicada en la famosa Rotonda Acero, casi llegando a la Y Griega.
La educación ofrecida ahí era una prestación para la niñez regiomontana cuyos padres laboraban para tal empresa. Era un verdadero “escuelón”. Enseguida, el grupo Vidriera abría las puertas escolares para los niños de sus empleados. Un verdadero ejemplo a seguir. Monterrey y su área metropolitana fueron un orgullo nacional además de ser referéndum.
Los gobiernos posrevolucionarios fueron muy conformistas y sin ambiciones de sobresalir mundialmente en materia educativa. Se conformaron en crear sociedades útiles solamente en la maquila. Los grandes talentos que existían “fueron cazados” por los extranjeros; sobresaliendo EUA, Francia, Inglaterra, Alemania, entre ellos.
Lo mismo ha ocurrido con los excelentes deportistas que nuestra nación ha producido. Son objeto de “plagio” intelectual y deportivo. Hoy por hoy, a estos personajes brillantes los toman como mercadotecnia publicista en materia electoral.
La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ha sugerido que México necesita aplicar cuando menos el 9.8% del producto interno bruto en educación; esto es si quiere ser competitivo en materia internacional. Los gobiernos sólo le han dedicado a este importantísimo renglón la mitad de lo sugerido. ¿Así, cómo? Por eso estamos como estamos, por eso nunca progresamos; como dirían “Los Apson Boys”.
Las escuelas son espacios físicos donde se desarrolla el hecho educativo formativo e informativo.
Espacio donde educando y educador interactúan constantemente para que, aplicando el método científico, se pueda llegar a la verdad. La Nueva Escuela Mexicana pretende, entre otras cosas, desarrollar y motivar el pensamiento crítico de nuestra niñez y juventud mexicana. Para ello se requiere que se reconozca, en primera instancia, las necesidades básicas del entorno escolar.
Luego, en segunda instancia, buscar conjuntamente con autoridades educativas y gubernamentales, las distintas formas de solución.
Hasta aquí suena y se oye muy bonito. Es antojable señalar que lo primero que habrá que hacer es establecer un Instituto Estatal de Restablecimiento Escolar. En dicho organismo, no gubernamental de preferencia, habrá de participar la iniciativa privada, el gobierno estatal, los padres de familia, el magisterio y el alumnado en general.
La remoción y creación de dignos planteles educativos en educación básica es un grito que se escucha desde hacía mucho tiempo atrás. Los políticos son los únicos que padecen el mal de la audición.
Las escuelas necesitan “ir con el médico para una cirugía mayor y puedan ser salvadas”. Llegó el momento en que la educación es primero que la política. El 26 de agosto, primer día de clases del siguiente ciclo escolar, les mostraremos lo que piensan y quieren nuestros estudiantes en esta materia. Para el baile vamos.