Dicen los dichos populares que cuando no te toca, aunque te pongas y cuando te toca, aunque te quites… El fin de semana fuimos testigos casi al instante de un atentado contra un expresidente de los Estados Unidos de América y candidato a regresar en la contienda por parte de los republicanos nuevamente al mismo cargo en la persona de Donald Trump.
De hecho, en esta contienda ya iba con cierta ventaja por su fama, su controvertida personalidad, a pesar de sus negativos que lo distinguen al estar al mismo tiempo siendo juzgado por una serie de delitos que alcanzan prisión y compitiendo para la presidencia de la unión americana.
Decimos que fue muy afortunado el movimiento de cabeza del candidato Trump, justo en el momento que se produce el disparo, hay otro dicho que dice que cabeceas para el lado del trancazo, pero en este caso fue muy afortunado el ligero movimiento de su cabeza hacia su izquierda cuando el Proyectil que con toda malicia iba dirigido al centro de su cara prácticamente entre ceja y ceja, ese viraje lo tiene hoy vivo y solo con una herida en el lóbulo de la oreja derecha.
Es realmente difícil y muy atrevido de quienes afirman que fue un montaje o simulación, pues hay víctimas colaterales que dejan claro que el suceso fue real y no se trataba de algo falso.
Este evento tiene muchas enseñanzas para los hombres y mujeres empresariales o con responsabilidad del servicio público que siempre hay quien resulta incomodado con alguna negociación, resolución o acción de la autoridad, hasta con los candidatos como ocurrió en el reciente proceso electoral, lo más importante es procurar respetar a todo mundo para evitar en lo posible ser víctimas de algún inconforme o fanático.
Considerando que a un presidente de los EUA, a quien lo cuida el Servicio Secreto con un gran número de elementos altamente entrenados físicamente, así como en el manejo de armas y estrategias de cuidado de su principal, no entiendo por qué motivo o razón habiendo sido visto y denunciado el hoy tirador —cuando la gente veía que ascendía al techo de una empresa cercana—que resultó neutralizado luego de realizar los disparos, pero que previamente había sido ignorado y así son ahora las consecuencias de esa terrible desatención, aquí entran muchos pensamientos sospechosistas respecto de si hubo “autorización" o se abrieron para dejar pasar al presunto, que hoy ya no puede dar su versión, pues en la defensa vino el ataque que le cegó la vida.
Lo vieron y lo dejaron actuar, vaya usted a saber si por error o como parte de algún complot como diría mi presidente, ahora viene al recuerdo aquella frase que se la atribuyen a un expresidente de México, si no mal recuerdo a Luis Echeverría Álvarez que dice “quien quiera cambiar su vida por la del presidente lo podía hacer, pero… Ese era el precio”.
Si a Donald TRUMP le pudieron pegar un tiro que estuvo a muy poco de costarle la vida contando con ese equipo de seguridad que trae a cargo del Servicio Secreto, aquí viene la reflexión; si allá con toda la tecnología, estado de fuerza les dio un llegue al principal, que se pueden esperar los políticos y funcionarios de nuestra tierra con toda la cantidad de guarros que acostumbran, lo que resulta más en faramalla que en efectividad.
En el estado Nuevo León el gobernador Samuel García tuvo una magnífica idea de presentar una iniciativa de ley para quitar o reducir escoltas a funcionarios y utilizar ese recurso humano en fortalecer la seguridad de todos los contribuyentes y sus familias incluyendo a sus detractores y a los que no pagan impuestos.
Seguro tú tendrás una mejor opinión del tema del atentado, ahora que el caso provoco que muchos se volvieran analistas de temas de seguridad de los personajes más conocidos en el plano internacional. Yo soy solo un aficionado.
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