¿Tus papás te hablaron de los cambios que ellos experimentaron cuando estabas en tu etapa de adolescencia?
Hoy vamos a hablar de un tema poco hablado, visto desde el punto de vista familiar. ¿A qué me refiero? Nuestros adolescentes se pueden llegar a sentir muy solos en esta etapa en la que ni ellos se entienden y en la que experimentan cambios emocionales, físicos, cognitivos, sociales, etc.
Soy una mujer y mamá muy curiosa y me gusta encontrarle sentido a las cosas, lo que leo y aprendo me gusta ponerlo en práctica conmigo misma y con mi familia, claro, siempre son experimentos positivos. En la etapa de adolescencia de mis hijas, hemos tratado de estudiar sobre los cambios y cómo poder entendernos mejor.
Estudié una maestría en Ciencias de la Familia, soy consultora familiar y en una clase hablamos sobre el ciclo vital de la familia, el cual tiene diferentes etapas y una de ellas es: padres de hijos adolescentes. Pero poco se habla sobre lo que los padres experimentan en sus cuerpos, en su cerebro y en sus emociones, como parte del crecimiento de adulto.
Cuando tienes hijos adolescentes, entonces los padres estamos muy cercanos o ya pasamos los 40 años. Esto quiere decir que en esta etapa las mamás entramos en una etapa poco conocida que es la perimenopausia.
La Clínica Mayo define esta etapa de esta forma: “La perimenopausia significa: alrededor de la menopausia y se refiere al tiempo durante el cual el cuerpo experimenta la transición a la menopausia y marca el final de los años reproductivos. La perimenopausia sucede en algún momento en los 40, pero algunas mujeres notan cambios tan pronto a mediados de los años 30”.
Aunque en cada mujer los síntomas pueden ser distintos, con más o menos intensidad, es importante conocerlos, aquí te dejo algunos de los más comunes:
Períodos menstruales irregulares, bochornos, problemas para dormir, cambios del estado de ánimo, problemas vaginales, disminución de la fertilidad, cambios en el deseo sexual, pérdida de densidad ósea, niebla mental, cambios en los niveles de colesterol, aumento de peso, fatiga y mayor cansancio.
Y aquí es donde decimos “qué friega nos arrimaron”, jajaja, me río con ustedes porque claro que he sentido varios de estos síntomas, así que me propuse tener una plática con mi esposo y con mis hijas para decirnos las netas. Y es que también los hombres pasan a los 40 años por una etapa parecida que se llama andropausia, con síntomas parecidos a los de las mujeres, como cambios de humor, sudoración, bajo líbido, insomnio, irritabilidad, depresión, aumento de peso, disminución de la energía, entre otros.
Con este escenario de cada miembro de la familia, creo que podemos voltearnos a ver con mayor empatía y entendimiento. Para esto requerimos un baño de humildad y apertura para vernos como humanos en proceso constante de crecimiento también. Si no nos enteramos de esta información estaríamos chocando todo el tiempo con los que más queremos. Y con justa razón, es una guerra de hormonas, humores y hasta formas de procesar diferente lo que nos pasa en el cerebro.
¿Y qué hacemos?
Incluyamos en nuestras relaciones familiares pláticas profundas para entendernos mejor. Mucha empatía y respeto por el proceso que pasa cada quien. Que sepamos que contamos con nuestra familia como nuestra red de apoyo. Y si las cosas se salen de control, siempre pueden buscar apoyo profesional.
Antes de perder el control, recuerda que quizá tú también estás en tu segunda adolescencia y que es más importante mantener un vínculo con tu hij@ que darle una lección sobre por qué dejó todo fuera de lugar o cualquier situación cotidiana.
Ahora hay muchos recursos como libros, pódcast y hasta planes de alimentación para mujeres después de los 40. Yo llevo 20 días en un plan como estos y me he sentido muy bien. !Ánimo! Conócete, quiérete, ámate para que puedas querer y amar a los demás.
Una amiga me recomendó el libro Cómo mejorar tu salud hormonal, de Lara Briden
Lo voy a buscar para seguir con la exploración del tema, te lo cuento en otra columna.
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