El domingo pasado fue día del padre y vi varios memes en redes sociales de cómo es una fecha que pasa muy rápido y no se festeja tanto como el Día de las Madres (que hasta mayúscula le ponemos). No quisimos dejarlo así, esta columna va para los papás. Les va a gustar porque los papás más jóvenes son los millennials y están haciendo cosas muy diferente, deja te cuento, pero antes una historia rápida.
Hace unos meses tomé un avión (les conté en una de estas columnas que casi me vomitó en ese avión ¿se acuerdan?). En ese vuelo de regreso a Monterrey, me bajé del avión y en el camino para ir a recoger las maletas, observé (me gusta mucho observar las interacciones de las personas) a un papá joven con un bebé que puedo creer que estaba por cumplir dos años, el bebé, no el papá, jajaja.
Y no podía dejar de verlos, porque el papá iba platicando con él como si fuera una persona de su edad, le hacía preguntas, le explicaba lo que iban viendo a su alrededor, le dio opciones para subir por escaleras eléctricas o normales. Y yo, dentro de mi cabeza de consultora de familia y mis rollos de crianza respetuosa, le iba poniendo palomitas y estrellitas en mi mente.
Sin duda los papás millennials están haciendo cosas diferentes que sus padres. Aclaración típica pero necesaria: Nuestros padres hicieron lo que pudieron con lo que tenían. Y los padres de nuestros padres, lo mismo pero con menos recursos aún. Pero nosotros, los que tenemos hijos que viven todavía bajo nuestro techo, tenemos más herramientas que muchas generaciones anteriores. Es por eso que los papás más jóvenes están haciendo las cosas diferentes, rompiendo patrones, retándose y gozando más de su paternidad.
Te resumo en cinco puntos el cómo es que los papás millennials están haciendo cosas distintas:
Pasan tres veces más tiempo con sus hijos: Los papás millennials pasan el triple de tiempo con sus hijos que el tiempo que pasaron sus papás con ellos. Esto se descubrió en un estudio del Centro de Investigaciones PEW con sede en Washington DC.
Flexibilidad en los roles de género. Vemos a papás que cambian pañales, se turnan las tomas de la noche, llevan hijos a la escuela y a sus clases. Participan activamente en actividades de la escuela o la crianza. En el mismo estudio citado en el punto anterior, 7 de cada 10 encuestados aseguran que la importancia de que los bebés se vinculen con ambos padres es prácticamente esencial para su desarrollo social.
Educación emocional: Hay un enfoque más consciente en la salud emocional y el bienestar de los niños. Los padres millennials suelen hablar abiertamente sobre emociones y salud mental. Aceptan con más facilidad algún tema de neurodiversidad en sus hijos y lo atienden con especialistas.
Uso de la tecnología: Los padres millennials suelen estar más familiarizados y cómodos con la tecnología, por lo que es común que utilicen aplicaciones, dispositivos electrónicos y redes sociales para la educación y entretenimiento de sus hijos desde una edad temprana. Esto a la vez lleva un riesgo ya que el uso de dispositivos a una temprana edad está relacionado con retraso en el lenguaje y otros problemas.
Flexibilidad en el trabajo: Debido a la nueva realidad del trabajo remoto y horarios más flexibles entre los millennials, algunos pueden pasar más tiempo en casa, involucrarse en la logística de la familia, esto hace que puedan participar en los eventos de sus hijos y estar más cercanos a ellos.
Si lo que te cuento no te resuena o no es parte de tu realidad, no te preocupes, cada familia es una receta distinta y tiene realidades diferentes.
Pero por otro lado si estás haciendo las cosas exactamente igual que como tus padres lo hicieron contigo, quizá te puedas topar con pared en algunas situaciones. Y es que nuestros hijos no son para nada lo que fuimos nosotros, es una generación totalmente diferente, con otras necesidades y una nueva realidad. Para acompañar mejor a nuestros hijos, necesitamos educarnos, formarnos para poder hacer que crezca la tolerancia y la empatía.
Si eres un papá que se identificó con los puntos anteriores, felicidades. Eres muy afortunado de poder disfrutar más tiempo con tu familia. Con horarios más flexibles y con una conciencia más centrada en las emociones y las necesidades de tus hijos.
Por último, te dejo una frase de un libro que estoy leyendo de Philippa Perry, se llama El libro que ojalá tus padres hubieran leído. Y nos dice: “La clave está en la relación que tienen los padres con sus hijos. Si las personas fuéramos plantas, la relación sería la tierra. La relación apoya, nutra, permite el crecimiento…o lo impide”.
Seamos esa tierra que acompaña, que abona el camino, que permite el proceso natural, sin controlar, sin acelerar o depositar expectativas personales.
Gracias a los papás más increíbles que conozco, el primero es mi papá, pieza clave en mi educación y formación. Te quiero infinito padrecito. Y a mi esposo, que es el papá que más he visto gozar a sus hijas. Qué placer compartir el camino contigo, te amo Neto.
Nos vemos la próxima semana por aquí.
Escríbeme con confianza a mi correo familiaviva@marysolflores.com o en mis redes sociales como @familiaviva.mx, me encanta recibir sus mensajes.