Astucia Vs. inteligencia
Sección Editorial
- Por: Javier Gutiérrez
- 02 Abril 2024, 02:00
Emplear nuestras capacidades cognitivas e intelectuales para el bien, es la mejor inversión para lograr una felicidad sostenible.
Los seres humanos hemos sido dotados de capacidades cerebrales abismalmente superiores a las de nuestros compañeros de planeta, la fauna. Si bien es cierto, ellos nos superan en cuanto a la sensibilidad y potencia de sus sentidos, por ejemplo el águila tiene una vista ocho veces más potente que la de nosotros.
Los elefantes pueden detectar sonidos en frecuencias hasta veinte veces más bajas de las que podemos detectar nosotros, los elefantes africanos tienen el récord en olfato y es ocho veces más poderoso que el nuestro, en el sentido del gusto, el campeón es el bagre quien cuenta con 175,000 receptores para el gusto, distribuidos en toda su superficie, contra 10,000 receptores que poseemos nosotros ubicados sólo en la lengua.
Finalmente, si del sentido del tacto se trata, el cocodrilo es quien manda en dicha habilidad, ya que sus protuberancias le permiten detectar presiones infinitamente pequeñas.
Pero los seres humanos tenemos una zona del cerebro altamente desarrollada: La corteza cerebral, que nos permite poder generar procesos de cognición, planeación, memoria, suposición, juicios, etcétera; que nos han permitido rediseñar el planeta con infinidad de inventos, que inicialmente han comenzado como un pensamiento, para hacer el entorno más confortable, aumentando nuestro placer y disfrute.
Desgraciadamente toda esa habilidad cerebral al estar condicionada por nuestro ego o falso yo, ha generado un profundo y tal vez irreversible daño a nuestra biosfera y ecosistema, tan es así que hoy en día los científicos han catalogado que vivimos la era llamada Antropoceno, que se refiere a la era del planeta modificada por el ser humano.
Esta visión egoísta y codiciosa ha generado que los seres humanos usemos más la astucia que la inteligencia utilizando toda nuestra habilidad cognitiva en nuestra contra.
La diferencia entre estos dos conceptos básicamente es la siguiente: La astucia es la habilidad para crear bienestar propio, incluso aunque afectemos a los demás, mientras la inteligencia es crear bien propio, incluyendo en dicho bienestar el de los demás.
Y para muestra basta un botón: Hace un par de días que regresé de mi viaje grupal a Tailandia y al estar en el aeropuerto de San Francisco, un hombre de edad madura estaba formado detrás de mí en la zona 4, que nos correspondía, detrás de este hombre había algunas veinte personas más esperando su turno y delante de él (y de mí) había alrededor de quince más.
Entonces cuando las personas de la fila tres comenzaron a avanzar, fue evidente que a dicha fila no se agregaría nadie más y este hombre, sencillamente, abandonó su lugar en la zona cuatro para formarse al final de la fila de la zona tres y convertirse (cómo sucedió) en el primero en pasar de la zona que le correspondía.
Un claro acto de astucia donde no le importó ni respetó el tiempo de los demás, y el que tuviésemos esperando más que él, desgraciadamente lo que dicho hombre evidentemente ignoró es que todos somos uno, y cuando se trata de sacar ventaja de los demás, ya sean personas, animales, plantas, nos estamos afectando a nosotros mismos.
Por lo que es indispensable recordar que para seguir creciendo sana y equilibradamente debemos ser inteligentes, no astutos. Hasta el siguiente momento presente.
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