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Opinión

Aventuras  de plataforma

Crónicas de un comelón

Los pros y contras del servicio de entregas, ¿deberíamos considerar regresar a la forma antigüita para pedir comida a domicilio?

Hace un par de semanas, pedí comida por una de esas plataformas que realmente se convirtieron en algo muy socorrido por los años de la pandemia. 

No es nada nuevo andar pidiendo comida a domicilio, pero lo que sí es una novedad de esos servicios, es la comodidad de tener en una sola aplicación muchísimas opciones para pedir en esta prestación de servicios, que en realidad actúan de intermediario. 

La situación, sin embargo, no es siempre miel sobre hojuelas y creo que todos hemos tenido casos en los que nos llevamos algún chasco. Justo hace unas semanas, ya rayando en la hora del cierre del horario del servicio, pedí la cena. 

La aplicación marcaba alrededor de una hora para la entrega. Como siempre nos avisa cuando se asigna un agente que se va a encargar de transportar los alimentos, pude ver que el restaurante terminó de preparar el pedido dentro de un tiempo razonable. 

El agente recogió los alimentos y luego empezó el desorden. El pedido empezó a recorrer una ruta que no me parecía tener ningún sentido. Me extrañó esto porque supuestamente el pedido tenía envío prioritario, pero al intentar comunicarme con el agente no recibí respuesta alguna. 

Pedí ayuda en la aplicación y después de un rato me dicen que se habían comunicado con el agente y que iba a su casa porque había tenido problemas mecánicos. También me dijeron que, como el pedido todavía estaba dentro del tiempo “normal”, no podía cancelarlo sin costo. 

Como ya estábamos a una hora y media de haber ordenado, ya estaba considerando seriamente que me cancelaran aún con el cargo.

Finalmente, durante la conversación, me informaron que ya habíamos pasado del tiempo aceptable y que se podía cancelar sin costo. 

Estas y otras situaciones me invitan a reflexionar en un par de situaciones. Por un lado, el hecho de que esta comodidad viene con un costo, y no es cualquier cosa. Para empezar, los precios que pagamos tienen sobreprecios que promedian un quince o dieciocho por ciento, además de que hasta donde sé, los restaurantes además tienen que pagar una comisión por el uso de la plataforma, así que todos pagamos. 

Otro tema que me causa mucha preocupación y también lo siento en el caso de las plataformas de hospedaje, es saber de quién es finalmente la responsabilidad del problema. Sigo pensando que, en el caso de mi pedido, se pudo haber resuelto el asunto si se cambiaba de agente. 

Pero también entiendo que haber hecho ese cambio, implicaría que esa persona perdería su comisión, aunque en este caso que se canceló todo, pues probablemente sólo ganó la cena con la que se quedó. ¿El restaurante, tuvo que pagar por ese pedido que ellos prepararon en forma? ¿O la plataforma?

Creo que vale la pena considerar regresar a la forma antigüita para pedir comida a domicilio, creo que ganamos más.

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