"Se necesita una aldea para criar a un niño" es un proverbio africano que significa que no solo los padres educan a los hijos, sino también todos los que los rodean: otros adultos, las instituciones, las costumbres y el entorno.
El fin de semana pasado, mi esposo Neto y yo nos dimos a la tarea de ver y terminar la serie que tiene a todos los padres de adolescentes de cabeza. Adolescencia es una producción de Netflix creada por los británicos Jack Thorne y Stephen Graham (quien, además, interpreta al padre del protagonista).
Esta columna no tiene spoilers, así que, si aún no la has visto, te invito a tomarte el tiempo para hacerlo. Seguramente te pasará como a nosotros: tuvimos que poner pausa varias veces en cada episodio para platicar, digerir, reflexionar e incluso compartir historias de nuestras propias adolescencias.
La serie cuenta la historia de Jamie, un adolescente de 13 años que comete un asesinato contra una joven de su edad, compañera de su misma secundaria. Los cuatro episodios te sumergen en la problemática en cuestión de minutos, convirtiéndose en una experiencia inmersiva donde te sientes parte de la historia y vives lo mismo que los personajes. Cada episodio está grabado en una sola toma, sin cortes de cámara, un recurso que llama la atención porque realmente te hace sentir dentro de la narrativa.
Más allá de la forma en la que está contada, que es de por sí fantástica, lo que verdaderamente nos puso en pausa a todos es el fondo de la historia.
Adolescencia nos hizo detenernos a todos los padres y maestros. La realidad que nos muestra es alarmante, ya que nos hace ver cómo el mundo interior de un joven de 13 años puede verse tan afectado emocionalmente como para idear y llevar a cabo un hecho que, desgraciadamente, sucede en la vida real.
Los creadores de la serie han declarado en entrevistas que se inspiraron en noticias reales con casos similares al de la historia. Se preguntaron: ¿Cómo puede ser posible que esto esté pasando? Thorne mencionó en el blog de Netflix que él, Graham y Philippe Barantini (el director) se interesaron por la cuestión de la ira masculina y comenzaron a reflexionar sobre sí mismos como hombres, padres, parejas y amigos, así como a cuestionarse quiénes eran como hombres.
No es posible profundizar en una sola columna en cada una de las aristas de reflexión que nos presenta esta serie, pero aquí te dejo algunas que a nosotros nos movieron a la acción: la masculinidad, las redes sociales y sus riesgos, la soledad que viven muchos jóvenes, las dinámicas familiares, el acoso escolar, la responsabilidad de todos los adultos para acompañar a los adolescentes, los nuevos retos digitales y las conductas de riesgo en la adolescencia. El tema da para mucho más.
Lo que sí te aseguro es que ver esta serie te hará poner pausa varias veces y te recomiendo llevar estas reflexiones más allá de la pantalla. Alguien me comentó que la historia no terminó como esperaba, que deseaba un final diferente, un verdadero llamado a la acción. En nuestro caso, sí que nos movió a actuar: en los tres días siguientes, reforzamos los controles parentales en los dispositivos móviles de nuestra familia, llevamos el tema a nuestras sobremesas y lo discutimos en los chats con otros padres de nuestro colegio. Incluso mi esposo, en un evento de trabajo, me contó que en varias reuniones el tema central de conversación fue la serie y su impacto.
Una forma de aportar desde nuestra trinchera como consultores familiares es compartiendo información útil. Hay un libro que se relaciona mucho con esta serie: La generación ansiosa, de Jonathan Haidt. Lo resumimos en un club de lectura grabado, junto con una amiga que lidera un movimiento en Monterrey para retrasar el uso de celulares en colegios. Pueden seguir su iniciativa en Instagram como @movimiento_noesmomento.
Si te interesa acceder gratuitamente a estas grabaciones, envíame un mensaje a familiaviva@marysolflores.com y te las enviaré con gusto. También puedes verlas en nuestra escuela en línea para padres, donde puedes registrarte sin costo en: www.patreon.com/clubfamiliaviva.
La misma frase con la que inicio esta columna es también el título del libro de Hillary Clinton Se necesita una aldea. Me despido con una de sus frases que nos deja mucha tarea:
"Es un error pensar que la crianza de los niños es solo responsabilidad de los padres. Los niños que no son escuchados son niños que se volverán contra el mundo que los ha olvidado".
Dra. Marysol Flores Martínez Conferencista | Autora | Consultora Doctora en Liderazgo y Desarrollo Humano Maestría en Psicología Neuroeducativa Catedrática del Tec de Monterrey Podcast en YouTube: FamiliaViva Fundadora de @familiaviva.mx