Alfaro contra Sheinbaum: ¿Podrían salirse Jalisco y Nuevo León del Pacto Fiscal?
Sección Editorial
- Por: Eloy Garza
- 21 Noviembre 2024, 00:11
El gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, quiere salirse del Pacto Fiscal porque la Federación trata injustamente a su Estado. No sería la primera vez que un gobernante local pretenda independizarse. La vía jurídica para abandonar el Sistema Nacional de Coordinación Fiscal está bien formulada en Nuevo León.
Quizá Alfaro se basó en algún proyecto nuevoleonés para anunciar su decisión controvertida. El problema de Alfaro es pasar del dicho al hecho, más aún porque ya se va. Muy pronto dejará el gobierno estatal y se mudará a España.
De manera que su iniciativa ante el Congreso de la Unión para iniciar los trámites de separación del Pacto Fiscal no deja de ser una curiosidad un tanto populista.
¿Qué necesitaría entonces Alfaro para pasar del dicho al hecho?
De entrada, entender que no es por simple voluntad de un gobernante a punto de concluir su sexenio, que sea la mejor ruta para independizar a su estado.
El Pacto Fiscal en México está fundamentado en la Constitución federal. Reformar la Carta Magna no está en manos de Alfaro.
Jalisco, como los demás estados, ha reconocido “teóricamente” el principio de coordinación fiscal del artículo 73, que faculta al Congreso de la Unión para legislar sobre contribuciones fiscales.
Y el artículo 124 señala que solamente las facultades no delegadas a la Federación ni prohibidas a los estados, les corresponden a estos.
De ahí se desprende un Acuerdo Nacional de Coordinación Fiscal que tanto Jalisco como Nuevo León aceptaron acatar sin opción de ser rescindido.
¿Es justa la fórmula para distribuir los recursos de la Federación a los estados? No.
Creo que los nuevoleoneses (no hablo por los ciudadanos de Jalisco) no tenemos por qué generar más recursos de los que el centro nos devuelve. Es una medida injusta pero irreversible si se hace unilateralmente.
Tan no me parece justo que, desde hace tiempo, he propuesto un nuevo Acuerdo de Coordinación Fiscal.
Sin embargo, nada gana Alfaro jugando carreras, y menos apostando a las vencidas con Sheinbaum. ¿Qué podría pasarle a la gente de Jalisco? Dejar de recibir los recursos del Fondo General de Participaciones, además de perder aportaciones federales que le corresponden.
La presidenta Sheinbaum le ha recordado a Alfaro que el federalismo mexicano se basa en el equilibrio solidario entre Estados. Los más ricos contribuyen más a la recaudación, y los más pobres reciben proporcionalmente más recursos. Digo que no es justo para Nuevo León (y supongo que tampoco para Jalisco), pero la Constitución no prevé ningún mecanismo para que los estados abandonen el sistema de coordinación fiscal, y la autonomía estatal es limitada.
No podríamos crear impuestos que son exclusivos de la Federación (artículo 31), ni irnos por la libre.
Por ejemplo, Alfaro no podría crear un IVA tapatío ni un IVA norteño.
En el lejano año de 1840, un pariente mío, el general Antonio Canales Rosillo, quiso independizarse de México. Fundó la República del Río Grande con los estados de Nuevo León, Tamaulipas y Coahuila. Sumó también a Zapata, Texas.
El gusto le duró unos cuantos meses a mi pariente. Queda un pequeño museo medio abandonado en Laredo, Texas, que honra la extraña gesta, y yo guardo una bandera y el manifiesto de secesión que el general Canales Rosillo firmó para su efímero país.
A Alfaro le saldría más fácil diseñarse una bandera y un manifiesto como el de mi tío Canales Rosillo para la nueva República de Jalisco, que iniciar los trámites de salida del Pacto Fiscal.
El poquito tiempo que le resta a su sexenio no le da para más.
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