La alcachofa es originaria del norte de África y región mediterránea, siendo su actual área de distribución regiones de clima templado y subtropical. En algunas regiones se encuentra silvestre, aunque mayormente se halla cultivada como legumbre, sobre todo en Europa.
Los agricultores italianos son los que más se han destacado en la producción de flores de alcachofas para el consumo humano. La parte medicinal de la alcachofa son las hojas. Lo que consumimos como alimento son los botones florales tiernos. La cinarina, la sustancia activa de la planta que posee las propiedades medicinales, se encuentra en su mayor parte en las hojas de la planta.
Las hojas de la alcachofa pueden llegar a medir de 50 centímetros hasta 1 metro de largo, son ligeramente amargas, pero muy útiles para mejorar la digestión, ya que actúan en la producción y despacho de las sales biliares.
Existen estudios clínicos que han comprobado su eficacia en personas con dificultades para digerir. El consumo del extracto antes de los alimentos por un período de 6 a 8 semanas generalmente resuelve este tipo de problemas.
La planta también ayuda a reducir el nivel de colesterol, inhibiendo su formación y convirtiendo el colesterol presente en ácidos biliares. Esto último la hace un excelente candidato para tratar el hígado graso.
También actúa como antioxidante, sobre todo protegiendo las células hepáticas y favoreciendo su regeneración. Al producir una limpieza del hígado, las hojas de alcachofa facilitan el proceso de bajar de peso, pero no es una planta indicada para combatir la obesidad por sí misma.
La fama errónea que tuvo hace unos años que se empezaron a comercializar “ampolletas de alcachofa” con la supuesta cualidad de generar bajas de peso importantes, en poco tiempo tenían “algo más que extracto de alcachofa”.
Contenían sustancias químicas que sí generaban la baja de peso rápida, pero con consecuencias fatales, situación que obligó a la Secretaria de Salud Mexicana a retirar tales productos del mercado.
A raíz de esta situación, la alcachofa quedó como la “niña mala” de la película. El uso del extracto de alcachofa es seguro, y su única contraindicación es en embarazo y lactancia. Se puede utilizar de manera efectiva para tratar casos de disfunción hepato-vesicular, como hipolipemiante, hepatoprotector o detoxificante.
Algunas comunidades lo recomiendan como remedio eficaz para combatir la arteriosclerosis. En Perú, entre otros usos, suelen emplear la infusión de sus hojas como antidiabética.
Teniendo en cuenta que muchas afecciones de piel tienen relación con alteraciones metabólicas hepáticas, los extractos de alcachofa pueden ser de utilidad, sobre todo en casos de eccemas, aftas y otras afecciones dermatológicas.