Algunas personas nos dan clases de cómo alcanzar metas y con ellas el éxito, ya sea en lo económico o en lo profesional; cuando se hace la tarea que generalmente va asociado el trabajo con el estudio, la preparación y especialización, además de la lucha constante para perseverar y no detenerte ante cualquier tropiezo o fracaso, cuando vas logrando realizar tus objetivos, decimos que estamos llegando al éxito.
Pues bien, una vez que se alcanza ese éxito profesional, económico o político y con él vienen una serie de beneficios, que se empiezan a notar en la forma en que se viste, el auto que se conduce, la forma de vida o estilo de acudir a lugares de mayor presupuesto, los viajes, el cambio de casa a la de un código postal más sofisticado, entre otras muchas cosas que luego dicen que son privilegios y sí son, cuando provienen del trabajo honesto sentimos que es muy merecido y a los amigos reales nos da mucho gusto; a los que no son reales les da envidia.
Hoy quiero exponer algunas ideas en relación con las personas que alcanzan el éxito económico, hay veces que vemos a sujetos que conocemos su cuna y por tanto su origen, en algunos caos que provienen de familias producto del esfuerzo, que con enorme sacrificio se les brindó el apoyo paterno para desarrollarse y prepararse, lo que constituye sus bases para poder alcanzar esas metas de desarrollo económico, es muy loable que viniendo de abajo – como luego dice nuestra gente– se supere esas carencias y se logre una mejor forma de vida; aquí es donde en ocasiones esos que niegan su procedencia se les suben a la cabeza unos cuantos pesos y se vuelven insoportables en su trato (el profesor y exrector del Tec David Noel Ramírez se refiere a la hipoteca social como la forma de devolver lo recibido por nuestros padres a las siguientes generaciones), la forma de mandar a sus subordinados, empleados, incluso a familiares y amigos; pobre de ellos, porque la vida da muchas vueltas.
También tenemos ejemplos de los que junto con su pareja fueron creciendo en la parte económica y cuando alcanzan la posición de privilegio se les hace poca la figura de la pareja por edad o complexión, y como si se tratara de ponerse otra prenda de vestir van a la conquista de un nuevo modelo y viene el desprecio a la compañera y familia que le ayudó a crecer, terminan pagando cirugías de otras nuevas parejas y dando colegiaturas a criaturas que no son suyas, pero la nueva compañera llama más la atención como si eso fuera un trofeo que hubiera que exhibir.
De estos casos conozco un montón y yo siempre le he pedido a Dios que si me da dinero no permita que me vuelva más “mamila” de lo que soy, porque luego ni yo me aguantaré; la verdadera súplica es que podamos alcanzar a vivir sanos y felices con lo que el trabajo honesto nos lo permita.
También he visto políticos de todos los niveles de gobierno que una vez en el poder no escuchan, en ellos se concentra todo el mando a los que se les olvida que los cargos tienen vigencia y que la vida después del cargo implica muchas cosas, incluso responsabilidades, hay algunas figuras que todo mundo conoce en nuestro estado que luego de terminar su gestión, además de que cayeron en la cárcel, no pueden ni vivir en la ciudad ni en el estado porque no los ven bien, lejos de hacer amigos se la pasaron haciendo enemigos y ni les admiten en clubes ni en los restaurantes.
Aquí la reflexión: el éxito profesional es efímero, el dinero va y viene, la gente que realmente te quiere te verá bien en las buenas y en las malas, con la vara que midas serás medido, trata a todos como te gusta que te traten, lo que hagas con tu forma de vida será ejemplo para la siguiente generación, más vale tener amigos que tener dinero, hay muchas cosas ligadas a la salud que no se consiguen con dinero, pero sí con amigos. Deseo que tengas mucho éxito y que lo sepas administrar.
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