Un excelente aliado para el cuidado de tu piel pues promueve la regeneración celular.
La Rosa mosqueta (Rosa rubiginosa), es un arbusto silvestre de la familia de las rosáceas originario de Europa central. Fue introducida en Estados Unidos y la región andina de Perú, Argentina y Chile, siendo este último país uno de los mayores productores de su aceite.
El aceite se obtiene de las semillas de este arbusto, a través de la extracción por prensado en frío.
El aceite de rosa mosqueta contiene un alto porcentaje de ácidos grasos insaturados entre los que destacan ácido linoleico y linolénico. Tiene un ligero color rojizo y un olor acre.
La presencia de ácido transretinoico en la composición química del aceite de rosa mosqueta promueve la regeneración celular, mejora la irrigación de las células acelerando la capacidad de los tejidos para regenerarse.
Por esta misma razón es un excelente apoyo para disminuir cicatrices y estrías, marcando un efecto positivo sobre la estructura de la epidermis. Su uso es muy popular entre las mujeres embarazadas que buscan evitar la formación de estrías.
Su riqueza en ácidos grasos reduce de manera significativa la pérdida de agua de la epidermis actuando como un poderoso hidratante, brindando mayor permeabilidad, suavidad y elasticidad a la piel.
Se recomienda su uso para la prevención del fotoenvejecimiento, el deterioro gradual e irreversible del colágeno, la elastina y otras fibras que dan estructura a la piel y la mantienen lisa, provocado por la edad y acelerado por las radiaciones solares, disminución de arrugas y cambiar la tonalidad de las manchas en la piel.
Es excelente como cicatrizante y emoliente. En un estudio realizado en el Servicio de Dermatología del Hospital Van Buren de Valparaíso (Chile), se aplicó aceite de rosa mosqueta en 90 personas con diferentes lesiones en la piel como quemaduras, heridas y cicatrices posquirúrgicas.
Se aplicó dosis diarias (2 veces al día), aceite de rosa mosqueta en las zonas afectadas en un periodo entre 1 y 4 meses. Se obtuvo como resultado una mejora de casi 97% en las lesiones de las personas tratadas.
El aceite de rosa mosqueta no debe ser usado en pieles oleosas o grasosas. Frente al acné infectado no se recomienda su aplicación por contener principios nutritivos que pueden favorecer la proliferación de microorganismos.
Sin embargo, el aceite de rosa mosqueta se puede utilizar de manera segura y muy efectiva para atenuar todo tipo de manchas cutáneas y cicatrices, como apoyo en el tratamiento de heridas posquirúrgicas y úlceras varicosas, para reducir las líneas de expresión y mejorar la flexibilidad de la piel.
También protege la piel de los daños solares ocasionados por la exposición diaria, aunque no sustituye el uso del protector solar cuando tenemos planeado asolearnos.
Además, se puede utilizar en el cabello para hidratarlo, promover su regeneración, eliminar las puntas partidas y devolverle su brillo.