Mezcla compuesta de aceites esenciales para bajar la carga viral de los ambientes.
La Peste Negra fue una pandemia que devastó a Europa medieval a inicios de 1347. La enfermedad, altamente contagiosa, se extendió rápidamente por las regiones de la cuenca mediterránea y el resto de Europa en pocos años.
Los cuerpos muertos eran arrojados a los cementerios, algunos permanecían tirados en las calles, y otros seguían dentro de sus casas.
Cuenta la leyenda que, durante la peste negra, 4 ladrones aprovecharon la oportunidad para entrar a las casas de los difuntos y robar sus pertenencias. Pero, curiosamente, ellos no contraían la enfermedad a pesar de estar totalmente expuestos a cadáveres infectados.
Cuando finalmente fueron capturados y llevados a juicio por el delito, las autoridades decidieron perdonar su culpa si les confesaban la razón de su aparente inmunidad ante la peste.
Su secreto, se basaba en cubrirse la boca y la nariz con un paño empapado en una mezcla compuesta de hierbas y aceites esenciales que los protegía ante tan terrible enfermedad.
Y es así como surge la interesante mezcla de aceite de los cuatro ladrones, la cual hoy en día es utilizada en difusores para bajar la carga viral de los ambientes, evitando la propagación de enfermedades de las vías respiratorias.
La mezcla de los cuatro ladrones reúne los aceites esenciales de eucalipto, romero, limón, clavo y canela. Su rico aroma especiado herbáceo con un toque cítrico favorece la desinfección del ambiente y por sus poderosas propiedades antisépticas y antibacterianas es un excelente apoyo herbolario para ayudar en la prevención de afecciones del sistema respiratorio.
El aceite esencial de eucalipto, desde sus orígenes en Australia, era utilizado para tratar infecciones y fiebres, su exquisito aroma alcanforado ayuda a despejar las vías respiratorias y mejorar la respiración. Posee propiedades antibacterianas, antisépticas, febrífugas y antivirales.
En la antigüedad, las hojas del romero eran quemadas en los hospitales como desinfectante aromático para combatir epidemias. Puede ayudar a prevenir la propagación de infecciones que se transmiten por aire. Tiene propiedades antisépticas y antibacterianas.
El aceite esencial de limón es uno de los aceites más destacados por sus cualidades como purificador y limpiador, siendo un excelente antiséptico aéreo. Al igual que el romero, resulta útil para impedir que se transmitan las infecciones.
Posee propiedades antisépticas y antimicrobianas. En la antigüedad el clavo fue uno de los ingredientes extraordinarios para embalsamar cadáveres.
Tiene una gran acción antiséptica y antibacteriana, siendo un gran aliado en la prevención y tratamiento de afecciones de las vías respiratorias. Y la canela es una de las especias aromáticas más populares, posee propiedades antisépticas, antivirales y antibacterianas.
Así que este invierno aromatiza tu hogar y protege a tu familia con la mezcla de los 4 ladrones.