La historia del choque por alcohol que quitó la vida a una niña
Estarlen, de 8 años, ya no pudo volver a casa a consecuencia, presuntamente, de la decisión imprudente de quien optó por mezclar alcohol y volante
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Noviembre
2024
Una vez más, el alcohol al volante robó una vida, y ahora, la familia de la niña Estarlen Rodríguez Moronati, de 8 años, llora su irreparable pérdida en un caso que conmocionó a la comunidad.
Un día después de la tragedia, una prueba médica de carácter pericial demostró que el presunto responsable de chocar la camioneta en la que viajaba la niña junto con su familia se encontraba en estado de ebriedad.
Se trata de Alejandro Galván Medina, de 22 años, quien el pasado domingo 10 de noviembre conducía un coche Sentra con matrícula SWB-807-B, en las inmediaciones de la avenida Israel Cavazos y calle Río Verde, en la colonia Dos Ríos, en Guadalupe.
Eran las 4:55 horas cuando presuntamente Alejandro Galván chocó una camioneta Chevrolet Tracker con matrícula TED-307-B en la que viajaba la familia Rodríguez Moronati, es decir, el matrimonio conformado por Rubén Rodríguez López, de 36 años, y Aurora Cecilia Moronati González, de 33 años, junto con sus hijas, Estarlen e Isabela, de 8 y 2 años, respectivamente.
El impacto de la colisión fue tal que la camioneta Tracker salió del camino, cruzando el cordón de una banqueta donde terminó su trayectoria. La parte trasera de dicho vehículo quedó hecha añicos, mientras que en la parte frontal las bolsas de aire se dispararon.
Unos cuantos minutos después, la calle comenzó a llenarse de paramédicos y rescatistas, quienes efectuaron maniobras para extraer de la camioneta a las personas integrantes de la familia.
Al detectar que la situación más grave era la de la pequeña Estarlen, los paramédicos enfocaron sus esfuerzos en reanimarla, aplicando cuanto método fue posible hasta hacer la declaratoria de su muerte inminente. Por lo tanto, su pequeño cuerpo quedó a dos metros de la camioneta de su familia, ya cubierto con la manta azul que confirmaba que su vida ya no podría continuar más.
Sus padres y su hermanita fueron trasladados de urgencia a hospitales de la localidad; horas más tarde, trascendió que su padre habría perecido a consecuencia de las lesiones, pero un día después, la Fiscalía General de Justicia de Nuevo León (FGJNL) descartó que en el trágico accidente vial ocurrido la madrugada del domingo en Guadalupe, el saldo fuera de dos muertos.
Aurora Cecilia, la madre de la niña, fue hospitalizada en la Unidad Médica de Atención Especializada (UMAE) de Traumatología y Ortopedia número 21 del IMSS, ubicado en el centro de Monterrey.
Ahí, desconsolada por la muerte de su nieta y en vigilia por la salud de su hija, Carmen González contó que toda la familia fue separada: la pequeña Isabela fue llevada al Hospital General de Zona (HGZ) número 4 del IMSS, que se ubica en el centro de Guadalupe; y Rubén, el padre de familia, fue trasladado al Hospital Universitario, Doctor José Eleuterio González, que se ubica en Monterrey.
Él sufrió lesiones que tardarán más de 15 días en sanar, las cuales podrían dejarle cicatrices permanentes y visibles en el rostro, cuello y orejas.
En medio del dolor, Carmen González lanzó un clamor de justicia ante el temor de que el presunto responsable, quien fue detenido en el lugar de los hechos, fuera puesto en libertad.
“Tengo entendido que estaban los familiares de él tratando de sacarlo (de la detención), que la mamá del muchacho y toda la familia del muchacho estaban queriéndolo sacar y buscando abogado, buscando un amparo", dijo.
"Que se quede ahí hasta que se pueda solucionar todo, porque nadie nos va a devolver a la niña, pero debe haber un responsable”, dijo la afligida mujer.
Ayer, la autoridad confirmó que la prueba de alcoholemia que le fue practicada a Alejandro Galván Medina corroboró que el joven, de 22 años, se encontraba en estado de ebriedad cuando ocurrieron los hechos.
De demostrarse su responsabilidad en los hechos, enfrentaría un proceso por un delito que es considerado grave en el Código Penal del Estado de Nuevo León.
Elementos clave de la investigación serán las grabaciones de las cámaras de seguridad del crucero en donde ocurrió el choque.
Estas se encuentran en cinco postes que se ubican sobre ambos camellones centrales de las vialidades, así como en los cuatro semáforos del cruce.
Una de las cámaras de vigilancia pertenece al C4 del municipio de Guadalupe, la cual sería la primera en dar aviso a las autoridades de monitoreo, quienes llamaron a Protección Civil del municipio y a la Cruz Roja Mexicana.
Informes preliminares, de acuerdo con testigos, indican que la familia Rodríguez Moronati se desplazaba sobre la avenida Israel Cavazos; mientras que Alejandro Galván Medina lo hacía sobre la avenida Plutarco Elías Calles, cerca de la calle Río Verde.
Galván Medina no habría respetado la señal de alto que le correspondía, lo que ocasionó que impactara su coche contra la parte trasera de la camioneta donde viajaba la familia y que era conducida por la madre.
El golpe proyectó la camioneta con el desenlace antes narrado: que la niña Estarlen, de 8 años, ya no pudo volver a casa a consecuencia, presuntamente, de la decisión imprudente de quien optó por mezclar alcohol y volante.
Con información de Julieta Guevara y Edwin González
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